San Luis (LaNoticia) 06-05-16. Demostrando que vivimos en una crisis institucional total, los senadores no se pusieron ni colorados a la hora de `levantar la mano´.
Como era de esperar, los nueve senadores provinciales, todos ellos pertenecientes al gobernante Compromiso Federal no dudaron a la hora de demostrar su sumisión al poder político local, puesto que dieron su acuerdo para que Lilia Ana Novillo vuelva a ocupar uno de los cinco sillones de Ministro del Superior Tribunal de Justicia de San Luis, al que había renunciado no hace un año para dedicarse a la política partidaria oficial.
De nada sirvieron las múltiples impugnaciones que diferentes organizaciones enviaron al Senado. Ni siquiera sirvió la que realizó la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA), un organismo de alcance nacional, con lo que no sería extraño que exista repercusión nacional de lo que sin dudas es un papelón.
Hasta tal punto llega el nivel de sumisión de los senadores que, lejos de preguntarle sobre su participación política -la que no tiene nada de secreto y por eso se imponía el no acuerdo-, es que por ejemplo, la senadora Gloria Petrino, le preguntó sobre su posición respecto al Proyecto de Ley presentado por los senadores nacionales Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre de Alonso, sobre ampliar la constitución de miembros de la Corte Suprema de Justicia; cuando ni siquiera se han preocupado porque la Corte local, la que les debería importar, funcionó todo un año con tres integrantes cuando debe hacerlo con cinco, y del `quinto elemento´ hace ya mucho tiempo que no se habla.
¿A quién se le escapó la tortuga?
La nota de la jornada la dio el comunicado de prensa emitido por Prensa del Senado provincial, en la cual se `escapó´ el siguiente párrafo “nunca negué mi pertenencia política y di muestras de mi parcialidad en mi gestión anterior como ministro del Superior Tribunal de Justicia” -tal como se observa en la imagen que acompaña esta nota, porque posteriormente fue cambiado el término `parcialidad´ por `imparcialidad´-.
Al poco tiempo de publicado, la responsable de Prensa, casi al borde de un ataque de histeria, no dudó en utilizar todos los medios de comunicación con los periodistas para señalar una especie de `fe de erratas´, mediante un argumento muy poco creíble. “Fe de erratas. El diccionario me corrigió en texto la palabra imparcialidad por parcialidad”. Decimos que es poco creíble, porque escribiendo en Word la palabra `imparcialidad´ jamás la corrige. Una de dos, o a la propia Lilia Novillo en realidad la traicionó el inconsciente y dijo `parcialidad´; o a quien escribió el parte de prensa se le escapó la tortuga.
Carlos Rubén Capella
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