Ruth Pineda intentó matar a sus hijas, de seis y ocho años, y luego suicidarse después de que el padre de las menores, las abandonara y nunca les pasara un peso para la pensión alimenticia.
A raíz de eso, sufrió una fuerte depresión que la llevó a tomar esa drástica decisión que, afortunadamente, no llegó a concluir.
La mujer y sus hijas viven en la calle Froilán Roa, en la comuna de Macul, en Chile.
«El padre de mis hijas nunca me ayudó con la pensión de alimentos. Nunca hubo justicia para mis hijas», señaló cuando era detenida por Carabineros.
En un acto extremo, trató de quitarse la vida y hacer lo mismo a sus hijas. A ellas les suministró, por vía intravenosa, detergente líquido y un medicamento.
Luego, ella consumió Clonazepam y veneno para ratones.
Ninguna de las tres falleció. Las niñas fueron trasladadas hasta un centro asistencial donde están fuera de riesgo vital, mientras que la mujer fue derivada a otro recinto asistencial.
Tras recibir la atención médica, recibió el alta. «Soy un monstruo», dijo ante la prensa.