El ex presidente de Brasil defendió su honestidad en una reunión sindical en San Pablo tras ser demorado este viernes sospechado de corrupción. ¿El Plan Cóndor del Siglo XXI está en marcha?
Libre otra vez tras su detención este viernes -a la que tildó de “secuestro” por parte de las fuerzas federales- el ex presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, defendió su honestidad en una reunión del sindicato bancario en San Pablo donde le envió un mensaje a la actual mandataria Dilma Roussef. La jefa de Estado visitó a su compañero del partido de los Trabajadores (PT) y ambos recibieron muestra de cariño de una multitud que se congregó en las puertas del edificio donde vive Lula.
“La única respuesta que puedo dar a la ofensa es ir a la calle y decir: estoy vivo y soy más honesto que ustedes”, afirmó Lula en un mitin ante centenares de simpatizantes, celebrado en la sede del sindicato de empleados de banca en San Pablo, según informó EFE.
Para el ex mandatario el interrogatorio al que fue sometido fue una “ofensa personal”, al partido y “a la democracia”.
“Fue una falta de respeto a alguien que dedicó la vida a este país”, enfatizó y se describió como el mejor mandatario “de la historia de Brasil” y “el mejor presidente del inicio del siglo XXI en el mundo entero”.
Emocionado, hizo un repaso de su vida y su labor social al frente del gobierno. “Si alguien piensa que me va a callar con persecución y denuncia, no sabe que sobreviví al hambre. Y quien sobrevive al hambre es incansable”, advirtió.
Finalmente, se ofreció a recorrer el país para limpiar su nombre y le envió un mensaje a Rousseff: le apuntó que la «solución» a la crisis no pasa por adoptar las medidas que demandan los grandes empresarios, sino por «hacer que el pobre vuelva a ser consumidor y hacer que vuelva a comer cosas que está dejando de comer».
“Brasil urgente, Lula presidente”, coreó el auditorio, entre ellos el presidente del PT, Rui Falcão, que se encontraba al lado del ex mandatario.