Dicen que toda escoba nueva barre bien. Dicho que no cabe aplicarlo a este gobierno de Alberto Rodríguez Saá. Al haber gobernado en dos períodos completos, es una escoba con experiencia y lo que haga será seguramente profundización-actualización de sus ideas y acciones ya conocidas y concretadas. Veamos algo de lo concerniente a educación.
Aumento salarial
Tal como lo supo hacer su dilecto y hoy escarnecido alumno Poggi, otorgó el aumento sin realizar las paritarias que marcan las leyes, es decir sin escuchar ningún otro reclamo, necesidad o propuesta. El aumento sigue siempre ligeramente por encima del último aumento del costo de la vida, pero en cuotas que comenzarán a cobrarse a fines de marzo, es decir un aumento que al igual que en tantos otros años se diluye.
Mientras, San Luis sigue figurando en la mitad de la tabla clasificatoria de los sueldos docentes. Ni por asomo una política que los lleve al lugar de relevancia económica y social que necesita nuestra educación; por lo que quienes aspiran a crecer social y económicamente con su profesión deberán seguir acumulando cargos y trabajos con el usual deterioro de su salud.
Paritarias-diálogo
El Gobernador busca reemplazar las paritarias y el diálogo con los representantes gremiales, con las reuniones con directivos, de la que ya realizó una y anuncia que las hará dos o tres veces por año.
Estas reuniones con directivos sólo sirven para hacerse escuchar no para dialogar, escuchar reclamos, responder, discutir. Porque los docentes son sus empleados, no tienen la protección legal de la dirigencia gremial y tienen justificados temores en decir lo que piensan. Recordemos nada más las sanciones, traslados, descuentos de sueldos cuando las huelgas de años atrás. Medidas que no se olvidan y que lamentablemente han servido para acallar voces.
Esas reuniones sólo sirven para la oratoria del gobernador y hacer creer que hay diálogo, para armar el “relato” provincial.
Refacciones
Como si fuese una gran y revolucionaria idea innovadora anunció a los directivos escolares que les daría un fondo especial para que ellos hagan refacciones en sus escuelas, administrándolos.
Esta medida es una acabada muestra de su incompetencia para ejercer como gobernador. Incompetencia o búsqueda de la destrucción de la escuela en una nueva maniobra de “tercerización” educativa, como sus inventos de escuelas charter, auto gestionadas y digitales.
En lugar de organizar y sostener una Arquitectura Escolar que sea efectiva, responsable, eficiente dentro de sus tareas específicas, junto a las del Ministro de Educación, le pasa la responsabilidad a los directivos. Ignorando que éstos ya tienen incorporadas tareas en la copa de leche, comedor, asistencia social, salud, etc. Causas que de a una o de varias a la vez se presentan con mucha frecuencia en nuestras escuelas. Porque no hay presencia efectiva del gobierno en estos problemas, porque los CTAAP o no funcionan o están incompletos o no alcanzan a cubrir lo que deben.
La responsabilidad por los edificios y por las consecuencias que su deterioro pueden acarrear a docentes y alumnos es propia del gobierno provincial en general y de las autoridades educativas en particular. Nunca de los directivos que tienen una tarea muy importante y específica. Con esta idea, quedan embretados para hacer obras comprando materiales, contratando personas, o delegando a su vez en cooperadoras. ¿Quién paga los seguros de esas personas? ¿Trabajarán en negro, sin facturas?
Los docentes a trabajar de docentes, no de gastronómicos, constructores o de asistentes sociales.
La construcción para arquitectos o ingenieros. La contabilidad para contadores.
¿Es tan difícil de entender ésto para Alberto Rodríguez Saá? Está actuando como quien no sabe no ya de educación, sino de gobernar.
Son muchas las escuelas que tienen serias fallas edilicias y estamos ahora ante un caso delicado con varios heridos, algunos de gravedad. Es más fácil pasarle la responsabilidad a los directivos que hacer que funcione como corresponde y de una buena vez un servicio de Arquitectura Escolar.
Los gremios docentes debieran intervenir ante la justicia para evitar este desmadre que puede llevar a serios problemas legales a los directivos escolares.
Lo que vendrá
Es de esperar que sigan las acciones abandónicas de la responsabilidad gubernamental en educación, porque un feudo político no se construye con una educación de calidad, con docentes ejerciendo con alegría y satisfacción su profesión, con libertad para ejercer su juicio crítico.
Nos dirán de más progreso con más informática, más edificios, más bla bla. Pero no hay progreso si no lo hay en lo humano, en la dignidad de las personas, en su libertad de pensar, actuar y hablar. No hay progreso sin educación excelente. No habrá educación excelente sin docentes bien pagos, bien formados, respetados y haciendo estrictamente lo suyo.
Alberto Rodríguez Saá sigue como antes, con su misma escoba vieja, por lo tanto sólo se puede esperar más de lo mismo, a lo mejor con otro maquillaje.