El gobierno de Evo Morales ha dicho que la medida busca combatir la «corrupción».
El Gobierno boliviano anunció que instalará cámaras en los juzgados para evitar casos como el de un juez anticorrupción que fue grabado, en un video difundido esta semana, cuando trataba de extorsionar a la madre de un acusado a cambio de cambiar el tipo de delito por el que se le juzgaría.
La medida busca acabar con los llamados «consorcios jurídicos», entramados corruptos de jueces, fiscales, abogados y otros funcionarios que se reparten los casos y cobran por manipular la Justicia, explicó en una rueda de prensa el ministro boliviano de Gobierno (Interior), Carlos Romero.
Esta semana la sociedad boliviana acogió con indignación un video en el que la madre de un joven acusado por abuso sexual grabó con una cámara oculta al juez anticorrupción de La Paz Marcelo Barrientos cuando este le exigía varios miles de dólares por cambiar el tipo penal por el que sería juzgado su hijo.
«Lo que nos mostró el `vídeo extorsión´ es motivo de escándalo nacional, de repudio de la opinión pública, que requiere de varias medidas para desarticular a estos `consorcios jurídicos´», consideró Romero.
Explicó que el Ejecutivo ya tenía previsto comprar 500 cámaras de video-vigilancia para su instalación en las ciudades de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, por lo que ahora «se hará un ajuste en la ubicación para que se vigile a través de un sistema técnico la labor de los operadores de justicia».
Según el ministro, lo que hacen esos «consorcios jurídicos» al manipular los casos a cambio de dinero es «la regla general en el sistema de justicia» de Bolivia.
Además, denunció que existe «una suerte de encubrimiento», ya que los fiscales que deben investigar a sus compañeros cuando hay sospechas de corrupción, no lo hacen.
«En casos de las autoridades jurisdiccionales acusadas por delitos de corrupción, tendrían que ser juzgadas por otros jueces, pero entre colegas eso no sucede y en medio están involucrados abogados que son socios y se convierten en defensores, por eso estos casos son un motivo de vergüenza nacional», sentenció Romero.
El caso del juez Barrientos ha provocado airadas reacciones en el Gobierno, cuyo vicepresidente, Álvaro García Linera, exigió «destitución, juicio y cárcel» y lamentó que la Justicia boliviana se encuentre en su peor momento, con «abominables» niveles de corrupción y extorsión.
En este suceso, además de Barrientos, estuvieron involucrados otro juez, Jorge Vizcarra, y un fiscal.
Los tres fueron destituidos de inmediato por el Consejo de la Magistratura y la Fiscalía General, y Barrientos fue detenido este viernes para comparecer ante el ente acusador junto a Vizcarra.
Lo ocurrido confirmó el mal momento que atraviesa la Justicia boliviana, reconocido por el propio Ejecutivo, y cuyos males endémicos, además de la corrupción, son la lentitud, la escasez de recursos y la falta de accesibilidad a los ciudadanos.
El jueves, el fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero, indicó que en los primeros nueve meses del año veinte fiscales bolivianos fueron destituidos de sus cargos por supuestos hechos de corrupción.