Las declaraciones fueron realizadas por los negociadores de las FARC en un nuevo ciclo de conversaciones en La Habana, Cuba, luego de que el presidente Juan Manuel Santos dijera que tiene voluntad de adelantar los acuerdos, pero bajo «condiciones adecuadas».
En un nuevo ciclo de conversaciones en La Habana, Cuba, los negociadores de las FARC insistieron en advertir al gobierno de Colombia que el «unilateralismo» pone en peligro la estabilidad de lo logrado hasta ahora en los tres años que lleva el proceso de paz.
«Palabra, diálogo, acuerdos, son tres términos que conducen a la paz estable y duradera. Pero, monólogo, unilateralismo, empecinamiento intransigente, egoísmo político excluyente, son conceptos y métodos (que) cuando se tratan de imponer ponen en peligro la estabilidad de lo que se ha venido construyendo con enorme esfuerzo», dijeron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana.
Los negociadores de la guerrilla reiteraron su rechazo a las «supuestas fórmulas para la terminación del conflicto sacadas del cubilete de una sola de las partes», entre ellas el plebiscito planteado en el Congreso para refrendar el futuro acuerdo de paz.
«Seriedad señores del gobierno, seriedad señores del Congreso. El país comprenderá que solo nos compromete lo alcanzado en desarrollo del acuerdo general. Y los instrumentos jurídicos que garanticen a todas las partes, combatientes y no combatientes, vinculados al conflicto directa o indirectamente, sus vidas y su seguridad jurídica presente y futura», dijeron las FARC en una declaración leída por su número dos, Iván Márquez alias de Luciano Marín Arango.
Gobierno y guerrilla retomaron sus conversaciones de paz en La Habana tras un receso de cuatro días. En el actual ciclo, las partes continuarán revisando y tratando de cerrar aspectos del punto de las víctimas, incluido el tema de la justicia transicional, e intentarán avanzar en el desarrollo de los aspectos relativos al fin del conflicto, según las FARC.
El presidente Santos dijo en Manila, donde asistió a una Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que tiene voluntad de «adelantar» la firma del tratado de paz con la agrupación insurgente antes de marzo de 2016 como ya acordaron, pero aclaró que eso se haría sólo «si se dan las condiciones adecuadas». «No es por culpa del gobierno colombiano que se retrasen las negociaciones. Por parte nuestra hay toda la voluntad y todo el interés de llegar lo más pronto posible a ese acuerdo», aseguró.
El martes, el líder guerrillero Timoleón Jiménez alias Timochenko expuso en un comunicado que ambas partes, «inspiradas por el más alentador optimismo, expresamos la voluntad de trabajar por llegar a un acuerdo final en el término máximo de seis meses», pero se quejó de que «del lado del gobierno prospere un cierto propósito de ralentizar, de complicar el progreso en los acuerdos». «Se volvieron frecuentes los aplazamientos, los pretextos y las disculpas para no cumplir los ciclos y las sesiones del modo esperado», afirmó.
También se preguntó qué pasaría si el tratado de paz no pudiera firmarse en marzo próximo. «¿Echaríamos por la borda lo trabajado y alcanzado durante tanto tiempo? No sería conveniente ni justo. ¿0 es que la dilación de ahora apunta a arrinconarnos a última hora para forzarnos a aceptar imposiciones?», preguntó. «Esa sí que sería una apuesta desastrosa», concluyó.
En tanto, en Bogotá, el Alto Comisionado Para la Paz, Sergio Jaramillo, «aportó» pautas para la que debe ser la recta final del diálogo. En ese sentido, señaló que «tenemos la obligación de darle una respuesta a las familias de los desaparecidos».
Jaramillo expuso ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados que, «como Estado, tenemos la obligación moral de hacer todo lo posible para que ese dolor termine, para darle una respuesta a esas familias, para que estas puedan encontrar alguna forma de descanso a la búsqueda de sus seres queridos».
Aseguró además que habrá «que recoger la información, cruzar bases de datos». «A veces son las mismas víctimas que tienen que acudir a los victimarios y eso no puede ser. Eso lo tiene que hacer el Estado», dijo.
Jaramillo explicó que las FARC «se comprometieron a entregar información que facilite la identificación de personas muertas. Se comprometieron a devolver a sus familiares los restos de personas que hayan muerto en su poder».
Hoy se cumplen tres años de inicio el diálogo en La Habana, persistiendo la desconfianza entre ambas partes, que parecen «forcejear» cada una por su parte para ganar terreno político antes de que llegue el momento de la paz.