El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llegó ayer a Jerusalén para tratar con israelíes y palestinos sobre la actual ola de ataques y disturbios y dijo que no se debe permitir a los extremistas de ambas partes avivar la violencia.
Ban Ki-moon llamó al «fin de la ocupación», mientras a su lado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió a cargar las culpas sobre los líderes palestinos.
«Las acciones unilaterales solo perpetuarán la espiral de violencia», aseguró Ban en una conferencia conjunta con Netanyahu, en la que también advirtió a su anfitrión de que «las medidas de seguridad pueden ser contraproducentes y generar más frustración».
Por su parte, el premier israelí aseguró que su gobierno «tiene que defender a sus ciudadanos» y negó que sus fuerzas militares y policiales estén haciendo un uso excesivo y desproporcionado de la fuerza contra los palestinos.
Tras llegar a Jerusalén, Ban se reunió con el presidente israelí, Reuven Rivlin, y le dijo que «no es demasiado tarde para evitar una crisis mayor».
Se espera que el secretario general de la ONU se reúna mañana miércoles en Ramallah, Cisjordania, con el presidente palestino, Mahmoud Abbas.
La inesperada visita de Ban, que fue anunciada recién ayer, coincide con los esfuerzos del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que se reunirá en Alemania con Netanyahu y, el viernes próximo, con Abbas en Ammán, Jordania.
Según un comunicado difundido por su oficina, el titular de la ONU le pidió al mandatario israelí que «tomen las medidas necesarias para evitar nuevos incidentes en ambos lados».
«La violencia sólo trae violencia. No debemos permitir a los extremistas en ninguno de los lados, o a los que piensan que la violencia es la solución, avivar aún más el conflicto», advirtió Ban en el texto.
Cinco palestinos murieron baleados por las fuerzas de seguridad israelíes, cuatro en la Cisjordania ocupada y uno en la bloqueada Franja de Gaza, mientras que un colono israelí falleció cuando un camión palestino lo atropelló cuando estaba arreglando su auto cerca de Hebrón, una de las zonas más tensas y violentas de Cisjordania.
Durante su reunión con Rivlin, Ban Ki-moon aseguró que, más allá de la tensión actual, el problema está en «la falta de voluntad de restaurar un horizonte político», en referencia al estancamiento de las negociaciones de paz, suspendidas hace casi año y medio, y apuntó que mantener el statu quo «solo está empeorando las cosas».
La violencia «sólo mina las legítimas aspiraciones palestinas de un Estado y el deseo de los israelíes de seguridad», declaró el jefe de la ONU en su comunicado.
Ban apostó por «salvaguardar la solución de dos Estados» y «dirigir a la gente de vuelta al camino hacia la paz».
Aseguró que su visita refleja «la alarma global por la peligrosa escalada de violencia» en la región, donde han muerto desde principios de este mes nueve israelíes, un eritreo y 48 palestinos, alrededor de la mitad de estos últimos autores de ataques o supuestos atacantes.
El secretario general de la ONU señaló que con su viaje pretende ayudar a «rebajar la tensión e impedir que la situación se salga de control» y transmitió su pésame a los familiares y amigos de las víctimas de «las hostilidades y ataques terroristas».
«Ninguna sociedad debería vivir en el miedo. Ninguna sociedad puede permitirse ver a su juventud sufrir en la desesperanza», afirmó Ban, que advirtió que «si no se actúa pronto», el conflicto podría crecer y tener serias repercusiones en Israel, Palestina y más allá.