Las consecuencias de las políticas del FMI en la región llevaron al incremento de la deuda, al crecimiento de la pobreza y la desigualdad social, los gobiernos debieron aplicar fuertes recortes sociales para poder acceder a los préstamos del organismo y que empobrecieron a la región.
La presencia del Fondo Monetario Internacional en Venezuela se debió a las políticas económicas erróneas, altos niveles de corrupción en la administración pública y las medidas neoliberales impuestas por los gobiernos desde el año 1959 que llevaron al incremento de la desigualdad social y que para 1989 alcanzó su máxima expresión en el país.
Para 1989 durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez la situación económica era insostenible. Según datos del BCV la inflación rondaba el 80 % y la pobreza extrema se ubicó en el 20 %. Ante este panorama se decide recurrir al FMI para un préstamo de 4.500 millones de dólares en tres años.
Las condiciones impuestas por el organismo financiero incluían la drástica reducción del presupuesto en educación, salud y seguridad social, política de privatizaciones que incluyó las industrias del hierro y del aluminio, además de la telefónica y la eléctrica.
La aplicación del paquete produjo una elevación abrupta en los precios del transporte y los alimentos, con la excepción de 18 renglones de la cesta básica, las aplicaciones de las reglas del FMI se tradujo en una dramática baja del nivel de vida de la mayoría de los venezolanos.
El FMI en Latinoamérica
Durante la década de 1940 el FMI ofrece préstamos a las naciones latinoamericanas producto del excedente de dólares de la venta del petróleo de los países árabes. Argentina y Brasil accedieron a solicitar dinero al FMI.
En 1980 se disparan las deudas de América Latina, varios países se plantearon dejar de pagar, El FMI extendió los plazos de pago y dio nuevos créditos para cancelar los intereses de la deuda lo que se convirtió en un espiral de endeudamiento. La organización financiera puso condiciones en las que se contemplaba la reducción de la inversión pública en salud, educación, infraestructura, aumentar impuestos y privatizar empresas estatales.
Para 1990 presidentes como Carlos Menem de Argentina, Alberto Fujimori (Perú) o Color de Melo (Brasil) implementaron al pie de la letra las políticas neoliberales del FMI.
Las consecuencias de las políticas del FMI en la región contribuyeron al aumento de la pobreza y de la desigualdad social, el crecimiento de la deuda de los países latinoamericanos y al poco o nulo crecimiento económico.
Argentina y Brasil
Con la llegada al poder de Néstor Kirchner en Argentina y Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil), ambos países se pusieron el objetivo de pagar sus deudas al Fondo Monetario Internacional.
En diciembre de 2005 el mandatario argentino anunció que para finales de ese año se haría la cancelación anticipada de la deuda total de Argentina con el FMI, para lo cual se destinarán 9.810 millones de dólares de las reservas del Banco Central.
Días antes el gobierno de Lula da Silva informó sobre un pago 15.500 millones de dólares a la institución financiera.
El pago de las deudas contribuyó al fortalecimiento del país y a no aceptar imposiciones de la institución financiera sobre la política económica y social de ambas naciones sudamericanas que venían realizando una fuerte inversión social en beneficio del pueblo.
A pesar de las críticas del FMI al gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, el Estado argentino sigue honrado sus pagos a la institución. Pese a las demandas de algunos acreedores internacionales por el pago de los fondos buitres, Argentina ha buscado el consenso y nuevos mecanismos para honrar su deuda.
Fuente TeleSUR