Con el 90 por ciento de los votos escrutados, los partidos que respaldan la secesión de Cataluña conseguían en total 72 legisladores, cuatro más de los necesarios para alcanzar la mayoría absoluta. La coalición Junts pel Sí -integrada por el partido del presidente regional saliente Artur Mas- conseguía el 39,3 por ciento de los votos, seguida por el partido de centroderecha Ciudadanos, con 17,9 por ciento. «Esto nos da fuerza para seguir con este proyecto», afirmó Mas.
«Hemos conseguido hacer el plebiscito que no nos dejaban hacer», celebró Francesc Homs, uno de los directores de campaña de Junts pel Sí, mientras los seguidores comenzaban a celebrar reunidos en el antiguo mercado del Born de Barcelona.
Transformados en un plebiscito sobre la secesión, los comicios fueron considerados cruciales por todos los partidos y una gran parte de los 5,5 millones de electores. La relevancia de las elecciones legislativas quedó demostrada en la alta participación (63,14 por ciento), que superó por 6 puntos a la registrada en las legislativas de 2012.
Tras más de dos años pidiendo un referéndum de autodeterminación como los celebrados en Quebec o Escocia, sistemáticamente denegado por el gobierno conservador español de Mariano Rajoy, Mas apostó finalmente por convocar estas elecciones anticipadas y dotarlas de un carácter plebiscitario.
«Estoy emocionado y nervioso, hace mucho tiempo que se habla de cómo solucionar este tema y hoy al menos sabremos cuántos hay en cada lado», afirmó Toni Valls, arquitecto de 28 años, tras votar a Junts pel Sí en un barrio acomodado de Barcelona.
Por su parte, Jonatan Sánchez, de 32 años, pintor en una gran empresa de construcción, lo ve muy diferente: «Votaré que no», decía en Badalona, suburbio obrero de la capital. «Mi trabajo podría verse afectado, mi compañía está en Barcelona pero trabaja mucho en el resto de España y el extranjero», explica.
«Tengo el corazón dividido, en el fondo no quiero la independencia, no me convence el separatismo pero estoy harta de que no nos escuchen» en Madrid, afirma Conchi Machado, 61 años, trabajadora de un comedor escolar. «Por eso voto Junts pel Sí, para ver si por fin nos escuchan y se dan cuenta que aquí pasa algo».