El magistrado envió el pedido a raíz de la investigación por lavado de dinero. Los movimientos de dinero de Nisman también fueron puestos bajo la lupa de las autoridades norteamericanas. Canicoba sostiene que el flujo no tiene relación con los ingresos oficiales del fiscal.
Por Raúl Kollmann para Página/12
El juez federal Rodolfo Canicoba Corral pidió a Estados Unidos la incautación de los fondos que están en la cuenta que manejaba Alberto Nisman en el banco Merrill Lynch de Nueva York. Canicoba Corral y el fiscal Juan Pedro Zoni investigan los enormes movimientos de dinero que se produjeron, no sólo en esa cuenta, sino también en Uruguay, además del contenido de cuatro cajas de seguridad y propiedades en Palermo y en Punta del Este. “Las cuentas no cierran por ningún lado -dijo esta semana el magistrado- y en Estados Unidos se investiga al fiscal Nisman por lavado de dinero y por sobornos”. El fiscal Zoni pidió embargos por alrededor de diez millones de pesos el jueves pasado, en línea con lo decidido por Canicoba Corral, que ya había pedido unos días antes, aunque se revela recién ahora, la incautación de los fondos depositados en el Merrill Lynch. El magistrado también ordenó la semana que pasó las indagatorias de la madre del fiscal, su hermana y el informático Diego Lagomarsino. En el reporte de movimientos sospechosos de dinero que llegó desde Estados Unidos figuran nueve operaciones, pero el texto dice: “Son un ejemplo de movimientos sin explicación”. Esto significa que hay más depósitos y retiros que, como sostiene el magistrado, no tienen relación con los ingresos oficiales del fiscal. En el listado de movimientos sospechosos apareció un nuevo nombre, el de Rodrigo Martín Ferreiros, que figura como titular de la empresa de Hong Kong Rodfa Limited, que le depositó 135.000 dólares a Nisman en la cuenta de Nueva York.
Respuesta
Canicoba envió el pedido de confiscación de los fondos depositados en Estados Unidos a raíz de la investigación por lavado de dinero, pero también por el propio expediente abierto en el país del norte por los movimientos en la cuenta del Merrill Lynch. El equivalente a la Unidad de Información Financiera (UIF) de Estados Unidos, que se llama Fincen (Finantial Crime Enforcement Network, red de investigación de crímenes financieros) investiga a los titulares de la cuenta del Merrill Lynch porque los fondos podrían originarse “en lavado de dinero o sobornos”. Este último cargo impactó fuertemente en el juez, ya que el organismo norteamericano explicó que Nisman ocultó su carácter de fiscal y se presentó sólo como abogado. Además no figura como titular de la cuenta sino como apoderado, es decir que manejaba los ingresos y egresos, pero con la visible intención de ocultar su nombre. La evidencia palmaria es que cuando abrió la cuenta, en 2012, se le preguntó si era una persona políticamente expuesta y allí ocultó su cargo de fiscal. Las personas que tienen cargos públicos o políticos deben dejarlo en claro en esa declaración jurada. La investigación sobre sobornos tiene que ver justamente con que ocultó su cargo y la cuenta tiene movimientos que no se condicen con sus ingresos oficiales.
Origen
Tanto Canicoba como el fiscal Zoni investigan el origen de tanto dinero sospechoso. No queda claro si los fondos salieron de la Argentina o son aportes de agencias, servicios de Inteligencia o fundaciones norteamericanas.
Como adelantó Página/12 en exclusiva, en la cuenta de Nisman se recibió un depósito de 150.000 dólares del empresario desaparecido Damián Stefanini. El 17 de octubre pasado, Stefanini estuvo supervisando en San Fernando la construcción de dos yates en los que supuestamente estaba invirtiendo. Minutos más tarde, desapareció. Su auto fue dejado en la localidad de Florida, Vicente López. Por los diálogos que figuran en la causa por la desaparición de Stefanini, el empresario mantenía contactos telefónicos con hombres de financieras y cuevas. Una hipótesis respecto del depósito en el Merrill Lynch es que Nisman le entregó pesos en efectivo y Stefanini, con sus contactos en cuevas, transfirió el dinero a Nueva York. En ese caso, seguiría vigente la pregunta sobre el origen de la plata.
Pero la desaparición de otro financista agrega más condimentos al cuadro de situación: Hugo Díaz desapareció el 27 de marzo de este año y nunca más se supo de él. Entre los vínculos de Díaz figuraba Pedro “El Lauchón” Viale, un hombre de la ex SIDE, asesinado por policías bonaerenses en un extraño allanamiento el 9 de julio de 2013. El Lauchón era un agente de extrema confianza del ex hombre fuerte de la SIDE, Horacio Jaime Stiuso. La coincidencia sugiere la posibilidad de que a través de Stefanini se estuvieran cursando fondos que tuvieran relación con servicios de Inteligencia.
Más servicios
En una entrevista con Radio Del Plata, Canicoba dio a entender que la camioneta Audi Q5 era propiedad de Nisman y no de Claudio Picón, cuya empresa figura como titular del vehículo. “El poder otorgado a Nisman era muy amplio, amplísimo, como el que se le da a alguien cuando se le vende un auto”, dijo el magistrado. A esto se suma que Picón también depositó 75.000 dólares en Nueva York y que figura como titular de uno de los departamentos del edificio de la calle Dorrego, en Palermo Hollywood, en el que Nisman, por supuesto que no a su nombre, tenía dos unidades y ya había aportado 1.200.000 pesos. Es tan claro que los departamentos eran de Nisman que las cuotas mensuales que había que aportar al proyecto se dejaron de pagar en enero, o sea después de la muerte del fiscal.
Es conocido que Picón figuraba como asociado a Eugenio “Pipo” Ecke, un hombre vinculado con empresas y agencias de seguridad de Estados Unidos. De esa manera, nuevamente aparecen en escena contratistas de servicios de Inteligencia.
Hong Kong
Uno de los movimientos llamativos en la cuenta del Merrill Lynch es un depósito de 135.000 dólares originados en la empresa Rodfa Limited de Hong Kong. Para los conocedores de la causa, hasta ahora resulta evidente que Nisman no estuvo en la ciudad china ni tenía motivos para recibir dinero desde allí. Sin embargo, una investigación a través de una base de datos de seguridad comercial mostró que Rodfa Limited es presidida desde el 12 de marzo de 2013 por Rodrigo Martín Ferreiros, un argentino que vive en Buenos Aires. El propio nombre de Rodfa sugiere una combinación de las letras del nombre y apellido de Ferreiros.
También resulta curioso que en la inscripción en Hong Kong, Ferreiros dio como su domicilio particular una dirección en Buenos Aires, en la calle Migueletes al 1.100, muy cerca del estadio de River Plate.
Por los datos de Internet, el individuo no parece jugar un papel determinante. En la red aparece un contrato por el cual el Senado lo contrató por tres meses a fines de 2013, con un sueldo de 11.000 pesos. Fue de septiembre a diciembre y la cifra no se condice con un gran empresario. Sobre la base de esos datos, la impresión es que Ferreiros prestó su nombre, pero todo está siendo investigado por Canicoba y el fiscal Zoni.
Piezas
Por ahora, las piezas no encajan. Por un lado, hay fondos que parecen provenir de inversiones no declaradas del fiscal. Por ejemplo, una empresa llamada Vivaterra le depositó 50.000 dólares en la cuenta. Según las averiguaciones judiciales tendría que ver con inversiones en hostels para jóvenes en la Patagonia, principalmente en Bariloche. Hay depósitos que tienen fuerte olor a servicios de Inteligencia y enormes cantidades de dinero que, por ahora, no tienen explicación. Los terrenos en Punta del Este, los departamentos en la calle Dorrego, la camioneta Audi Q5, los siderales gastos en viajes y modelos no encajan, ni remotamente, con los ingresos de Nisman. A esto habría que agregar la misteriosa limpieza de cuatro cajas de seguridad, todas visitadas por la madre de Nisman, Sandra Garfunkel, en los días inmediatamente posteriores a la muerte del fiscal. En la causa ya figura la denuncia de que Nisman se quedaba con una parte de los sueldos de dos o tres de sus colaboradores, pero tampoco esa maniobra explica semejante acumulación económica.
Línea
Es público que Nisman se apoyaba y tenía el respaldo permanente de Stiuso. Lo repetía el fiscal a quien lo quisiera oír. La “escudería” que ambos conformaban seguía al pie de la letra los lineamientos de un sector de la derecha norteamericana e israelí. Y el fiscal, además, era una pieza de importancia en la ofensiva contra el acuerdo que Estados Unidos y otros cinco países desarrollados terminaron firmando con Irán en Viena. Los sectores de la derecha republicana e israelí se opusieron y siguen oponiéndose con dureza a esa especie de memorándum sobre el recorte del programa nuclear iraní y les resultaba esencial tener de su lado a un fiscal que recorría el mundo imputando a Teherán. Como se sabe, Nisman también jugó un papel relevante en la oposición al memorándum que firmó la Argentina.
De ese vínculo estrecho con agencias y servicios norteamericanos hay numerosos rastros. Este diario ya dio a conocer que Nisman batió records de viajes durante su gestión. En total fueron 59, de los cuales 17 fueron a Estados Unidos, con un pico en 2011, cuando enfiló hacia el país del norte en seis oportunidades y pasó allí un total de 65 días. También figura con un nombre relevante en la Fundación de Defensa de la Democracia (FDD), otro agrupamiento alineado con la derecha republicana. A eso se suma el testimonio del ex director ejecutivo de la DAIA, Jorge Elbaum, quien reveló que Nisman ofreció financiamiento de un fondo buitre, el que lidera Paul Singer, para realizar una campaña contra el memorándum firmado con Irán.
Con semejantes antecedentes, todo indica que Canicoba Corral y Zoni buscarán si el origen de los fondos siderales manejados por Nisman tiene que ver con estas sintonías, ya sea por el lado de Stiuso o por el lado de los vínculos en Estados Unidos. La sospecha no parte sólo de la causa argentina: en el juzgado no se cansan de recordar que por algo también la Fincen habla de sobornos.
raulkollmann@hotmail.com