A pesar de la resistencia de algunos sectores conservadores de la coalición gobernante de la canciller Ángela Merkel, el Bundestag aprobó la ayuda financiera a Atenas por 454 votos a favor, 113 en contra y 18 abstenciones, y despejó el camino para que las instituciones financieras de la Unión Europea le otorguen el visto bueno final.
En la votación se repitió lo ocurrido en la del 17 de julio, que dio el visto bueno a la apertura de negociaciones para el paquete y donde 60 diputados del grupo conservador de Merkel -con un total de 331 escaños- rechazó la propuesta. La coalición de gobierno, entre socialdemócratas y liberales, controla el 80 por ciento de la cámara.
El ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, había abierto la sesión pidiendo el apoyo al paquete -que prevé un volumen máximo de 86 mil millones de euros para los próximos tres años-, con el argumento de que sólo así podrá volver a crecer la economía helena, informó la agencia de noticias EFE.
Los ajustes son «irrenunciables, sobre todo dentro de la Unión Monetaria», advirtió el ministro, máximo representante del sector más duro contra Atenas en el Eurogrupo.
Si Grecia cumple con las condiciones acordadas en el Memorando de Entendimiento, su economía puede volver a la senda del crecimiento, reducir sus deudas progresivamente y crear empleo, argumentó. Esta posición despierta muchas críticas, incluso en el FMI, que no se sumó al acuerdo porque considera que sin una quita sustancial la deuda griega es impagable.
La decisión de apoyar un tercer rescate para Grecia, reconoció el titular de Finanzas alemán, no es fácil, especialmente «tras la experiencia de los últimos meses», en referencia a las diferencias con el Gobierno del primer ministro griego, Alexis Tsipras.
Pese a que hay «buenas razones» para desconfiar y votar en contra, Schauble dijo percibir un «cambio fundamental» en Grecia, fruto de las intensas negociaciones y de la evolución de los acontecimientos en los últimos meses, durante los cuales asfixió las finanzas de Grecia para lograr que Atenas se someta a sus acreedores o salga del euro.