El gobernante Partido de los Trabajadores (PT) denunció un plan golpista contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cuyo mandato concluye en diciembre de 2018, y apuntó al ex candidato Aécio Neves y su padrino político Fernando Henrique Cardoso, quienes refirieron que la mandataria “tiene dificultades para terminar su mandato”.
«La posición adoptada por el PSDB en la convención de Brasilia es algo que avergüenza a la historia de ese partido que está aliándose a sectores golpistas», afirmó Sibal Machado, jefe del bloque de diputados del PT.
El Partido de la Socialdemocracia (PSDB), mayor agrupación opositora, realizó su convención en Brasilia, en la que participaron altos dirigentes del PSDB, como el gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, y el senador José Serra, que se expresó duramente contra la «corrupción» en el gobierno y propuso reemplazar el actual modelo presidencialista por uno parlamentario.
Pero Neves y Cardoso, personajes salientes de la convención, hablaron de forma elíptica sobre el final anticipado de la administración de Rousseff, cuya popularidad cayó al 9 por ciento y el rechazo ascendió al 68 por ciento, según una encuesta de IBOPE divulgada la semana pasada.
«Veo que algunos partidos que hoy apoyan al gobierno tienen la sensación, hasta mayor que la nuestra, de que ella (Rousseff) tendrá dificultades para concluir su mandato», deslizó Neves y agregó que su gobierno puede terminar «más rápido de lo que se imagina», mientras el público coreaba consignas por la destitución.
Para el dirigente, derrotado por Rousseff en la segunda vuelta de los comicios del último 26 de octubre, el gobierno transmite una «sensación de vacío» pero la evolución del cuadro político depende de las «instituciones».
El sitio oficial del PT publicó una carta de decenas de movimientos sociales que denunciaron el intento de «quebrar el orden institucional» con presiones para anticipar la salida de Rousseff.
Neves ya había sido acusado de «desestabilizador» por el titular del PT, Rui Falcao, luego de expresar su apoyo a las manifestaciones de abril pasado en las que se exigió el «impeachment» (juicio político) de Rousseff.
«No le cabe al PSDB determinar la salida de la presidenta de la República, nosotros no somos golpistas», se defendió Neves durante la convención de su partido.
Sin embargo, el jefe de la bancada petista, Machado, dijo que «después de perder las elecciones los `tucanos´ (apodo del PSDB) siguen apostando en un tercer turno, esto no es algo novedoso, lo vienen haciendo desde el año pasado».
El dirigente se refirió al gobierno del ex gobernante socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso, que gobernó desde el 1995 al 2003, quien «también aplicó un plan de ajuste» con costos sociales fuertes.
De ese modo intentó compensar las críticas contra Rousseff y el plan de ajuste que aplica desde el inicio de su segunda gestión, cuando designó al banquero Joaquim Levy como titular de Hacienda.
Por su parte, Cardoso, ovacionado en la convención, dijo que «nunca antes en la historia de Brasil se robó tanto».
«Yo oí en estos 13 años que privatizar era un crimen y ahora veo que este gobierno apela a la iniciativa privada», aseveró en referencia a los escándalos de corrupción como el que envuelve a Petrobras.
«Estamos asistiendo a un malestar social con el gobierno que tiende a agravarse ante la paralización del Ejecutivo: la salida sólo puede darse respetando a la Constitución Federal y con la punición de los culpables, queremos un Brasil decente. Y ante esto el PSDB no puede escapar a su responsabilidad, estamos prontos para asumir, el PSDB sabe gobernar», concluyó Cardoso.
En ese marco, la prensa local especuló con un retorno de Lula da Silva, fundador y líder del PT. «La crisis aguda del gobierno de Dilma Rousseff elevó la posibilidad de una intervención blanca comandada por su antecesor en el cargo, Luiz Inácio Lula da Silva», escribió el diario Folha de San Pablo.
“No se puede jugar alegremente al `impeachment´ como lo hace el PSDB, lo que dijo el jefe del bloque de diputados del PSDB es golpismo», planteó el analista Kennedy Alencar en una radio de la cadena Globo.
En tanto el diario Valor Económico puso el acento en la fragilidad de la coalición oficialista entre el PT y el Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
En esa línea, respondió el vicepresidente Michel Temer, del PMDB, quien dijo que Rousseff no está preocupada con la oposición por un eventual «impeachment», una posibilidad que considera como «impensable».
Temer, que rechazó las afirmaciones de Neves, dijo que permanecerá en el puesto de articulador de la administración, agregó que el gobierno tiene pleno apoyo del Congreso y negó que exista una crisis política. «No tenemos crisis política, porque eso significaría el hecho de que el gobierno no tiene el apoyo del Congreso Nacional, y ustedes ven que hemos tenido el apoyo del Congreso», dijo.