San Luis (LaNoticia) 17-06-15. El 16 de junio de 1955, el estupor y la muerte se adueñaron del centro de la ciudad de Buenos Aires, cuando aviones de la Armada Argentina descargaron sus bombas sobre la Casa Rosada y la Plaza de Mayo.
El objetivo manifiesto de aquel atentado terrorista era el asesinato del presidente constitucional, Juan Domingo Perón. Y el resultado tenebroso fue la muerte y la invalidez de cientos de argentinos, incluidos varios niños que viajaban en un tranvía hacia sus escuelas. Tres meses después, con una avanzada más poderosa y numerosa lograban la destitución del gobierno democrático, con la consiguiente implementación de la ley marcial y el retroceso de los derechos adquiridos en los años anteriores por las mayorías.
El 9 de junio de 1956 se produce la Masacre de León Suarez, aquel fusilamiento que implantaba la pena de muerte legal en nuestro país en pleno siglo XX. Se intentó impedir con ese acto de Terrorismo de Estado, la resistencia popular a la Dictadura impuesta en 1955, acontecimiento que fue extraordinariamente relatado años después, por Rodolfo Walsh en su libro “Operación Masacre”. Un texto imprescindible de un autor que construyó su vida en el periodismo, la escritura y el compromiso militante. Una vida truncada por la última Dictadura Cívico Militar como la de otros tantos miles de argentinos y habitantes de nuestro país.
Las Dictaduras no son meros actos de generales, almirantes y brigadieres que toman el poder por asalto por una decisión momentánea y delirante. Responden a claros intereses de las minorías económicas, financieras, políticas y culturales que requieren de la represión a las organizaciones populares para llevar a cabo sus planes estratégicos. Así sucedió en cada interrupción violenta de los gobiernos constitucionales que sucedieron a lo largo del siglo pasado en la Argentina y en la mayoría de los países latinoamericanos.
Por eso, es imprescindible comprender la historia para entender el presente. Los poderosos ya no pueden apelar a los bombardeos y a los golpes institucionales, ahora usan herramientas financieras internacionales y sectores económicos locales para obstaculizar el avance del campo popular en la reparación y recuperación de Derechos arrebatados y en la adquisición de nuevos Derechos, que como seres humanos nos corresponden.
Recordar todos estos acontecimientos es ineludible en momentos en que se ponen en marcha espacios para el pueblo, para los barrios, para los sectores más vulnerables o periféricos.
La presencia hoy de la ministra Alicia Kirchner en nuestra ciudad, inaugurando un Centro Integrador Comunitario pone de manifiesto cuál es la disyuntiva clara: la alternativa que responde a Proyectos abarcadores y equitativos o aquellas propuestas que excluyen y pretenden responder sólo a los poderosos.
Los Derechos se conquistan, se construyen y se defienden. Esa es la lección de la Historia.