La presidente brasileña, Dilma Rousseff, dijo que está «bastante angustiada» por la creciente tasa de inflación del país, y que su gobierno haría «lo posible y lo imposible» para contener el avance de los precios.
En una entrevista con la cadena de televisión Globo, la presidenta dijo también que el gobierno debía concluir su plan de ajuste fiscal lo antes posible para superar una situación económica que es «temporalmente compleja».
«Me angustia mucho la inflación, creo que es una de las cosas que más me preocupan», dijo la mandataria. «Sé que es algo temporal, pero también sé que (…) afecta la vidas diaria de las personas».
En mayo, la tasa de inflación al consumidor anual llegó al 8,47 por ciento, un máximo de 11 años.
Economistas temen que la escalada de los precios se acelere más antes de ceder por la presión de una agresiva política monetaria.
Para llevar la inflación al objetivo oficial del 4,5 por ciento a fines del 2016, se espera que el Banco Central suba la tasa de interés de referencia Selic en los próximos meses.
Las tasas de interés en Brasil ya están en un 13,75 por ciento, el nivel más alto desde enero del 2009.
«Me preocupa porque creo que tendremos que hacer un enorme esfuerzo. Y quiero decir esto: vamos a hacer lo posible y lo imposible para que Brasil vuelva a tener una tasa de inflación muy estable, dentro del objetivo», afirmó Rousseff.
La presidente espera que el indicador baje para fines de este año, pero advirtió que eso depende de factores que están fuera del control del gobierno.