La Fiscalía General de Ginebra anunció que cerró la causa penal contra la filial suiza de esa firma crediticia por blanqueo de dinero, tras llegar a un acuerdo por el que la entidad pagará 38 millones de euros. La Justicia de ese país había basado sus investigaciones en cuatro expedientes, dos de los cuales demostraron la existencia de infracciones.
El fiscal general, Olivier Jornot, dijo que las investigaciones, que empezaron en febrero con la incautación de documentos en los locales del banco, demostraron que hubo un «déficit organizativo en la lucha contra el blanqueo de dinero».
Según el diario francés Le Monde, que inició la investigación sobre el caso «SwissLeaks», unos 180.600 millones de euros pertenecientes a más de 100.000 clientes y 20.000 personas morales transitaron, entre noviembre de 2006 y marzo de 2007, por cuentas del banco en Suiza, disimuladas tras sociedades offshore.
El caso comenzó a finales de 2008 cuando el ex empleado de HSBC Hervé Falciani entregó ficheros informáticos de la filial suiza a las autoridades francesas.
Su acto permitió abrir varias investigaciones en Europa, principalmente en España y en Bélgica. En Francia, los magistrados pudieron apoyarse en los clientes que aparecían en los ficheros y que reconocieron los hechos, denunciando así las prácticas del banco.