Por Luis Vilchez
Convidamos la obra de Pablo Torres, poeta de los barrios bajos, de la mirada fresca, la amistad sincera y de las utopías
Poesía Periodística (Parte 10)
53) Romance del poeta y el poema
Dedicado al poeta Pablo Torres
Si el poeta es remanso, el poema es mar
si el poeta es tenaz, el poema es resistencia
si el poeta es audaz, el poema es osadía
si el poeta es amante, el poema es amor
Si el poeta es locura, el poema es utopía
si el poeta es exilio, el poema es dolor
si el poeta es guerrero, el poema es fuego
si el poeta es pájaro, el poema es vuelo
Si el poeta es dulzura, el poema es miel
si el poeta camina, el poema es guía
si el poeta es poesía, el poema es la palabra
Si el poeta es tu boca, el poema te alimenta
si el poeta es tu mano, el poema te escribe
si el poeta es romance, el poema te ama
Texto extraído del libro “Una Filantropía Del Amor”, Ediciones Libros de la Calle, año 2013, Luis Vilchez
Para presentar al poeta Pablo Torres, de la ciudad de Villa Mercedes, San Luis, nos sacamos 10 veces el sombrero, nos emocionamos, nos dan “rosquillitas” en el vientre, nos contagiamos de sus ganas de “vivir, morir y volver a nacer en poesía”.
Convidamos el Prólogo que tuve el honor de escribir a pedido del poeta, para su primer libro “Retazos de flores que resisten”, Ediciones Libros de la Calle, auspiciados por la Revista Cultural Latinoamericana (Guturalmente hablando) “El Viento”, publicación independiente de Juana Koslay, San Luis, Argentina. Este libro se presentará el 6 de junio de 2015 en su ciudad natal y allí estaremos. Viento a favor, apoyando su vocación sincera, con un vaso de vino en el corazón y el abrazo a disposición de quien requiera.
Luego compartimos algo de su hermosa poesía.
Solo hacen falta poetas como Torres, para intentar cambiar el mundo. Para que su voz susurradora del canto de los pueblos, llegue a los oídos de los puntanos… y se contagien de su AMOR.
“La escuela forma a un estudiante pasivo y competitivo que lo único que le interesa es escalar en la esfera social para poder llegar a tener mansiones lujosas y derrochar el dinero en esos centros del consumismo llamados centros comerciales. El estudiante se moldea así un mundo diferente en su mente donde el ansia de comprar y convertir en mercancía su conocimiento es requisito para pertenecer a la moderna sociedad.”
Ivan Ilich
Supongamos que el poeta que escribió este libro fue condenado a vivir en un mundo que lo bombardeaba día y vida con “premios y castigos”. “Tenés que tener muchos diez y nueve para ser un niño bueno. Para que cuando seas grande te puedas comprar un inmenso auto, y una buena muchacha, de familia decente, sea tu esposa” (le decían sus maestros en la escuela). Supongamos, también, que en la universidad le dijeron lo mismo, pero con palabras más bonitas, digamos, por un tiempo, con propagandas de “cursos de posgrado, licenciaturas y doctorados” se podía “transformar la realidad”. Supongamos que no lo pudieron “engañar”. Y que él desitió y resistió a los autoritarismos y este año se recibe de Trabajador Social. Pero zafó a tiempo del mercantilismo político de las ciencias, gracias a sus constantes preguntas y de una intensa búsqueda espiritual, que lo ayudaban y lo ayudan a discutir un poco el mundo. Pero todo lo dicho es pura suposición de quien intenta desde el afecto y la poca sapiencia, prologar este hermoso libro, un libro jugado, bello, alegre, amoroso; y fundamentalmente “duro”, porque la realidad social, política y cultural que vive nuestra provincia, es “dura”. Pero el poeta la dibuja y la construye con denuncia y esperanza.
“Es doloroso aprender a vivir” nos dice Silvio Rodríguez, cantautor popular de Cuba. Pero cuando uno toma conciencia del entorno en que vive, tiene la posibilidad de tomar decisiones y opciones sobre qué hacer con su vida. Estudiar, ser el mejor en la ciencias, para compartir todo ese conocimiento con el pueblo y así enfrentarse a grandes desafíos existenciales. En este caso el poeta que escribió este hermoso libro nos convida con su canto de pueblo su opción: discutir la realidad social, política y cultural a través de la poesía, ser el más humano de los poetas contagiando su militancia gozadora en los barrios de Villa Mercedes, o naciendo ladrillos con sus amigas y amigos del Grupo “Colmena” en una bloquera popular para ayudar a que los más necesitados puedan construirse más no sea una parecita, trabajar con la poesía y los susurros en el barrio, darse tiempo para amar a sus seres queridos. O venir a San Luis y tomar unos mates conmigo y abrazarnos a la vida.
Sobre todo, Pablo tiene “referentes” y los menciona en este libro y les escribe versos, jamás los olvida y les agradece. Este gesto hace más inmenso al poeta.
Por las noches, cuando sangraban metáforas de su sensible corazón de pueblo en un lápiz y un papel. La luna, la blanca luna, la luna llena, luna cascabelera, luna de lluvia, luna de ojos tristes, romántica luna, compañera del Pablito la luna nueva (que lo goza y se goza), muchacho de barrio y luna amante, la luna, la inquieta luna, también lo condenó. ¡Serás poeta! -Le dijo- con voz de trueno y sin temor de hablar fuerte y de que la escuchen los gobernantes del terror. ¡Serás poeta! Y de tu boca nacerán “Retazos de flores que resisten”. Cuentan que esa noche Pablo lloró de amor y abrazado al encanto de su amada Belu y la abejitas del Centro Cultural “Todos los fuegos”, lugar de Villa Mercedes, San Luis, donde hace y nace con otros jóvenes y otras jóvenes “lucecitas” del amor una espectacular tarea de contención a los que vienen de lo “barrios bajos” a través de la cultura popular. Convocando a músicos, titiriteros, poetas y quien se acerque para tener algo para compartir y seguir alimentando el sueño de las utopías.
Allí volvemos a la opción que nos convida Torres.
Y yo pregunto: ¿Se puede ser poeta alejado de la realidad? ¿Se puede ser poeta abrazado a las municipalidades vedettes de la literatura? ¿Se puede escribir sin decir nada? ¿Cuál es el rol que debe cumplir un poeta en esta sociedad? ¿Cómo puede el poeta hacer una “praxis” de la realidad para transformarla? Ya hemos dicho en otros libros y seguiremos repitiendo que en todos los acontecimientos importantes de este mundo hubo poetas, fusilaron poetas, nacieron poetas. Algo debe tener la palabra “que sana y es subversiva a la vez” y es perseguida, quemada, malparida por los testaferros gobernantes del mundo que deshumanizan lo más humano que pueden tener las personas: su dignidad de pueblo.
Hace ya varios años llegó a mis manos, producto de la “causalidad” la palabra y la voz liberadora de Roberto “Toto” Santoro. Pintor de brocha gorda, preceptor en una escuela técnica, editor y editor de libros y revistas, en la década del sesenta y setenta en Buenos Aires. Encontré en ese ser de luz, lo que para mí es el ideal de intelectual y poeta. Títulos de libros cómo “Oficio desesperado”, “Nacimiento en la tierra”, “Pedradas con mi patria”, “En pocas palabras”, “Desafío”, “Uno más uno humanidad”, “No negociable”, “Las cosas claras”, “Lo que veo no lo creo”, entre otros. Santoro fue un poeta que dijo en su Declaración jurada: “Si mi poesía no ayuda a cambiar la sociedad / no sirve para nada”. Libros tardaría en contar las emociones que me transmitió en cada verso en cada lucha este vate, lamentablemente secuestrado por el terrorismo de estado el 1 de junio de 1977, desaparecido que aun quienes lo amamos, seguimos buscando y reivindicando en cada verso que decimos o escribimos. Pidiendo cárcel y castigo a los culpables. Jamás justicia por nuestras propias manos.
Pero para volver a hablar de Pablito no puedo evitar en “tiempos y espacio diferentes” la comparación con Santoro. ¡Todos los fuegos queman!
“Retazos de flores que resisten” es el primer libro de Pablo Torres y se nos ocurre que es solo el comienzo de un gran camino, sembrado en un gran compromiso de amor y libertad para los pueblos. Sus poemas tienen forma y canto de pájaros, de inmensas aves que convidan memorias con suave brillo, con vuelo eterno. Títulos como “Divagando entre laureles secos”, “Comida putrefacta”, “Infancia asfixiada (tele-demente)”, Show man Saaista, “Gobernantes de plástico”, entre otros.
Algunos entendidos dicen que lo que escribía Roberto era “Poesía periodística”. Yo digo que “lo que escribe Pablito es poesía periodística”. Pablo es uno de los tantos poetas populares de San Luis “exiliados en su propia tierra”. Es una abejita que el sistema opresor quiere desterrar de su colmena donde habitan cientos de abejitas del amor.
En fin, si vas a leer este libro te encontrarás con el corazón de un poeta popular. Que comunica, siente, investiga, goza, llora la realidad. Un gusto poder darle la bienvenida a este libro. Un gusto poder gozarlo en cada verso, en cada sentir.
Juana Koslay, mate en mano, viernes 25 de julio de 2014 PM
POESÍA DE PABLO TORRES
Trocitos de maderas (noticias cotidianas)
Los ciudadanos del país de cemento viven sobresaltados, atónitos, conmocionados por las últimas noticias relacionadas a las tres nenas del distrito del sin-limite vespertino (ciudad ceméntica).
Dos pequeñas de once años embarazadas conmocionaron a mitad de año a la ciudad: una en Paso de los Libres- dio luz esta semana- y otra en Concepción- espera para los próximos días-. Pero el caso es ahora más inverosímil, insólito y sorprendente aún. Una nena de nueve años de la localidad de Amarrillo Soñar, llora a lágrimas con trocitos de madera.
El raro hecho al cual los médicos, los políticos, los hipercientíficos e hipomísticos, no le encuentran explicación, fue certificado incluso por el sistema homocyborg. Ante la falta de una explicación “racional”, la opinión pública de la neo-sociedad hipercapitalista comenzó a especular con la posibilidad de que tenga una relación con las inmensas plantas electrotecnofuturistas.
Fuentes hipermodérnicas indicaron ayer que en caso de confirmarse con “análisis profundos” que los trocitos de maderas tienen relación con las radiaciones que emiten dichas plantas, la pequeña podría ser víctima de una contaminación intracorrosivamente naturalizadora.
Show man Saaista
Se curte el óxido
con la grasa
que luego es quemada
en el paladar
de quien se atreve
con su hipocresía
colaborar en alguna mentira.
Da de comer a los cerdos del circo
cuerpos enteros
(fácil; no deja ni un poco de hueso y excremento).
Da de comer a la mente
grandes corsos a contramano
(fácil; no deja cordura ni razón en pie)
Fantasma y payasos se disputan el placer y el morbo
(funcionarios ineptos con cara de dinosaurios)
En el plan de inclusión
mono y enano
se disputan la insignia del hambre
(y el Estado provincial ni siquiera los reconoce como trabajadores estatales)
Bienvenidos a los paseos voladores
por las autopistas llenas de mierda que tapan miserias.
(Víctimas legales persiguiendo la oscuridad y el aceite)
Vienen por ti,
murmuran tras tu oreja,
caerás cautivo,
no importa tu clase
aunque ellos se excitan
negando los pobres.
La fiebre de los niños descalzos
La fiebre del niño descalzo
es como el aceite en el charco de agua,
a pesar de estar contaminada
en su elemento liquido
se ve el arcoíris de la muerte y la vida
que calma la sed despidiéndola
por el nuevo día sin fiebre.
Resisten los cuerpos chiquititos,
siempre es más fuerte el latido de vida
que como pulsión que da fuerza a las manos
acompaña los pasos perdidos
en un ritmo fuera del tiempo lineal
de una historia inmensa,
cobijando el trigo que nace
junto al peso de los condenados
por ser pureza y memoria
de los rincones del mundo olvidado
Intervención Monsanto
Monsanto de santo
solo deja el espanto
sobre tantos.
Comida de tontos
de transgénicos putrefactos,
de actos
que atan
y luego
matan
al mundo.
Semillas artificiales
son malas señales
de empresarios vivos
que buscan solamente el efectivo.
Te decimos ¡basta!
Acá hay un pueblo
que desde abajo
se alza abriendo tajos.
Y no pararán la marcha…
Te echaremos de esta tierra,
te acharemos en pedacitos
luego bailaremos
con la frente en alto
sobre la cornisa
de tus cenizas.
Vamos por ti Monsanto
que de santo no tienes nada,
solo el espanto
sobre tantos.