A juzgar por las cualidades personales y la potencialidad política del hombre de Quimilí, bien puede afirmarse que Iván Camaño cada día suena más y mejor para encabezar el ministerio de Cultura que viene.
En su entorno ya nadie lo niega y, lo que antes se admitía no sin remilgos y sólo luego de tibios intentos por descartarlo, hoy ya no solo es aceptado: en más de un caso, los allegados a Iván Camaño sonríen abiertamente cuando alguien les pregunta si es cierto nomás que el folklorista podría encabezar el ministerio (hoy degradado a Secretaría) ubicado en el 1690 de la Avenida Alvear, en el barrio más recoleto de los porteños. Así, lo que hasta hace unas semanas era un secreto sólo sabido por unos pocos aunque a la vez intuido por otros varios, ya ha pasado a ser una información corriente dentro del mundillo que rodea al casi seguro próximo presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Como según el dicho popular “para muestra basta un botón”, cabe citar un ejemplo al respecto: días antes del exitoso recital que el músico santiagueño ofreciera en el Luna Park a fines de agosto último, una militante peronista que acababa de ser invitada al espectáculo preguntó sin rodeos si acaso Iván era “el que dicen que va a ir a Cultura” (en clara alusión al ministerio de esa área). Quien acababa de invitar a la curiosa (ex legisladora provincial bonaerense) quiso saber a su vez por qué ella hacía tal pregunta. “Bueno, sólo quiero que me confirmes lo que están diciendo todos”, respondió la mujer.
Pero más allá de lo que esa militante de la zona norte bonaerense sabía o creía saber, la voz del pueblo expresada contundentemente en el recital del Luna, no dejó dudas respecto del deseo del ciudadano común de ver a uno de los suyos en un lugar de privilegio. Esa noche, quien no lo sabía se enteró sin que nadie se lo dijera, sin que ningún medio se lo informara y sin que ningún candidato se lo anunciara: entre zambas, canzonetas y chacareras; entre telares y Luthiers; entre bailarines y cantantes líricas, Iván Camaño demostró desde el escenario del mítico Luna Park que sus aspiraciones y sus anhelos trascienden y apuntan mucho más allá de la música.
A esta altura, seguramente la pregunta de más de uno pretende esclarecer qué tiene el joven cantante de Quimilí para pretender encabezar un ministerio como el de Cultura. Y la respuesta es sencilla: juventud y frescura al margen, Iván Camaño le aporta al candidato Alberto Fernández gobernabilidad territorial en muy diversos puntos del país. Porque casi sin proponérselo, y por cierto a través de la canción, el santiagueño fue convirtiéndose de a poco en un gran armador en muy diversas zonas de la Argentina profunda, allí donde no todos los artistas van ni todos los políticos conocen. Uno de esos lugares es San Luis, donde el apoyo a Iván, viene de parte de varios sectores, el músico llevó y sigue llevando su música a pueblos y pequeñas ciudades donde, además de cantar, desde hace casi veinte años realiza un importante trabajo social siguiendo la línea del Papa Francisco y con el indispensable respaldo del padre Pepe Di Paola.
Así, su capacidad de llegada a la gente –en especial a los más humildes- y de articulación socio político cultural, comenzó a extenderse cada vez más hasta ser advertida por gobernadores, intendentes, legisladores y hasta por embajadores de otros países. Pero Iván Camaño no sólo cuenta con el respaldo del argentino de a pie. Tiene el innegable apoyo de su amigo de la infancia y hoy gobernador electo de Misiones Oscar Herrera Ahuad (que aplastó en su elección al presidente del Pro a nivel nacional), con quien crecieran casi juntos en su querida Quimilí y a quien el armado de Iván le resultara clave para su campaña.
También Iván tiene tras de sí al gobernador tucumano, Juan Luis Manzur; cuenta como aliado al diputado provincial pampeano Roberto Robledo, quien también es Secretario general de la UOCRA local (a propósito de La Pampa: en las próximas semanas Iván será recibido muy gratamente por las autoridades de esa provincia). Y por si fuera poco, Iván tiene el respaldo de Carlos Degrandis, intendente del próspero y solvente municipio santafesino de Puerto General San Martín y titular, a su vez, de la Liga de Intendentes Peronistas de Santa Fe. Claro que, en tren de sumar provincias, no podía dejar de lado a su tierra natal, de modo que Santiago del Estero también ha sumado recientemente su respaldo a la obra que Iván lleva adelante.
Y hay otros sectores que respaldan al cantante santiagueño: desde un selecto grupo de empresarios nucleados nada más y nada menos que en el Rotary Club a una importante cantidad de gremios. Es precisamente junto a estos últimos que Iván acaba de integrar el así llamado “Frente sindical por la cultura del trabajo”. En relación al sector sindical vale destacar también el compromiso mutuo que en una reciente reunión asumieran el folklorista y el líder de UPCN Andrés Rodríguez.
Seguramente todo esto explica el porqué del crecimiento político de Iván Camaño, quien aparece cada vez más ligado al de Alberto Fernández. Así, mientras el candidato está cada vez más cerca de convertirse en presidente de la Nación, el cantante está más próximo a transformarse en ministro de Cultura. Porque ya no solo canta bien: cada día suena mejor