Una nueva represión se registra este miércoles en Bolivia en contra de los manifestantes que expresan su rechazo al golpe de Estado consumado el domingo por la derecha.
Los vecinos del municipio de Yapacani, en el departamento de Santa Cruz, denuncian la arremetida de los militares que salieron a las calles luego de que el mandatario Evo Morales anunciara su renuncia.
Morales, junto a su vicepresidente Álvaro García Linera, renunciaron a los cargos constitucionales debido a la presión de militares, policías y dirigentes de derecha que ejecutaron actos de violencia al desconocer los resultados de las elecciones generales del pasado 20 de octubre.
Pese a la decisión del mandatario, los militares y policías han reprimido a los manifestantes que rechazan el golpe de Estado y los califican como «grupos vandálicos».
Los protestas en Bolivia se mantienen en diferentes zonas del país, entre ellas El Alto, donde indígenas, además, exigen un acto de desagravio por la quema de la wiphala, un símbolo patrio.
Entretanto, la Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba anunció que se mantendrán en «movilización nacional» hasta tanto Morales regrese a la Presidencia de Bolivia.
En conferencia de prensa, el vicepresidente de esta organización, Andrónico Rodríguez, anunció que las movilizaciones comienzan este jueves como una muestra del rechazo «contundente» a la autoproclamación de la senadora Jeanine Áñez como presidenta interina.
Destacó que las protestas no cesarán hasta que Morales retome a su cargo para completar el periodo constitucional que termina el 22 de enero.
Por su parte, la senadora Áñez luego de autoproclamarse «presidenta interina» felicitó a los policías y aseguró que les entregará más municiones.
La dirigente de derecha ya había llamado a los militares a salir a las calles a contener a los bolivianos movilizados.