El candidato a gobernador bonaerense por el Frente de Todos, Axel Kicillof, volvió ayer sobre una frase que dijo en el programa de Luis Novaresio que luego fue tergiversada y utilizada por los candidatos del oficialismo y sus medios afines para hacer campaña. Kicillof había contado que durante una recorrida por el barrio Carlos Gardel, en Morón, un cura le dijo que «hay gente que se dedica a vender droga porque se quedó sin laburo», a lo que Novaresio replicó que «en mi ciudad, Rosario, pasa igual». Pero el oficialismo buscó interpretar la frase como un supuesto guiño al narcomenudeo. Por eso, ayer Kicillof sentenció: “Yo simplemente conté lo que me dijo un cura en Morón”, y luego aclaró que “viendo el uso que hacen de todo esto” había dos comentarios que quería hacer: por un lado afirmó que “durante nuestro gobierno vamos a combatir el narcotráfico, perseguir y condenar a toda la cadena de producción y distribución de estupefacientes”. Lo segundo fue una crítica a la gestión de Cambiemos. “Estamos ante una situación en la que tanto el gobierno de Mauricio Macri como el de María Eugenia Vidal fracasaron. El ajuste presupuestario que hicieron en el área de seguridad -que incluye la cuestión del narcotráfico- desde 2015 es de un 30 por ciento en términos reales”, indicó.
“Perseguir a ese está bien porque es un delito y hoy es ilegal, pero me parece que no pasa por ahí el fenómeno”, había añadido Kicillof en el programa de televisión emitido el domingo por la noche a propósito de esas personas que, por desesperación, se vuelcan a la venta de drogas. Durante el lunes y el martes, los candidatos de Cambiemos hicieron todo el batifondo que pudieron con el tema, en el que creyeron encontrar una veta para dañar a Kicillof, amplio ganador de las primarias en la Provincia. Hubo programas de televisión que se dedicaron a la frase como tema principal. Uno de los más dedicados fue el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, el senador Miguel Angel Pichetto.
En una conferencia de prensa en Bahía Blanca fue consultado acerca de la frase y respondió que «Kicillof también podría alentar el saqueo, el robo a bancos y a matar gente», exageró la cuenta. Luego agregó: «Lo que dijo es una verdadera estupidez que define el perfil y la psicología que tiene este personaje que quiere gobernar al principal distrito de la Argentina». Pichetto añadió que “el futuro no pasa por la Argentina marginal del Conurbano, de la trata, de la droga, que alienta este candidato a gobernador, que además reivindica a los curitas villeros. Van a hacer lo mismo que en el ´73, es el mismo escenario. No aprenden, vuelven a chocar con la misma piedra». Ya en el inicio de la campaña, Pichetto había hablado de la supuesta «formación marxista» de Kicillof, pero no le dio mucho resultado a juzgar por los números de las primarias.
También hubo otros que buscaron subirse al tren. “El narco ocupa el lugar que el Estado no ocupa”, dijo, por ejemplo, la gobernadora Vidal. El ministro de Justicia, Germán Garavano, había calificado lo dicho por Kicillof como «peligroso» y «discriminatorio». No podía faltar la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “El pobre hace distintas cosas para tratar de salir de esa situación: es obrero de la construcción; hace un grupo de cumbia o de cuarteto, pero no vende droga”, dijo.
Alertado sobre el uso que se estaba haciendo de una frase suya totalmente sacada de contexto, Kicillof marcó ayer la hipocresía de que quienes lo critiquen formen parte de una gestión que fracasó –también– en este rubro. Subrayó que las estadísticas de la Procuración General de la Provincia indican que en el último tiempo «hay más droga en la calle» y que «los delitos vinculados a la ley de drogas subieron del 17 al 33 por ciento», por lo que consideró que «este gobierno hizo mucho marketing de la lucha contra el natrcotráfico, pero no surtió efecto». También sostuvo que «los indicadores sociales son peores así como las cuestiones que tienen que ver con la contención social» y evaluó que es el gobierno el que debe «explicar por qué fracasó esa política y por qué el delito y el narcotráfico están peor».
“Estamos ante una campaña sucia”, indicó Kicillof ayer al evaluar lo sucedido. Consideró que los candidatos del Gobierno “no quieren hablar del hambre ni de las crisis educativas ni de salud, hablan estas cosas”, advirtió que “da gracia que digan que voy a llamar a matar. Creo que (Jaime) Durán Barba dio la orden de golpearme a mí”. «Deben haber dado la orden de atacarme a mí. No voy a responder acusaciones”, concluyó en diálogo con El Destape Radio . Se permitió algunas ironías. “La semana pasada me acusaron de cambiar de auto”, agregó, en referencia a una nota en la que se «revelaba» que en verdad no llegaba a las localidades bonaerenses que visitaba a bordo del Renault Clio de su amigo Carlos Bianco sino en otro vehículo y que luego se pasaba. “Creo que deben tener un contrato con una marca de autos y no les gusta el Clio. El otro ´delito´ que cometí fue confundir naranjas con mandarinas. Ahora me acusan de robar bancos. No sé si tomármelo en broma, supongo que tendrá algún público”, concluyó el candidato del Frente de Todos.