Desde Brasilia
Adolfo Pérez Esquivel arribó a Curitiba por tercera vez un año y medio para visitar a Luiz Inácio Lula da Silva en su celda del cuarto piso de la Superintendencia de la Policía Federal. Fue la primera personalidad internacional que viajó a Brasil para reunirse con el líder petista dos semanas después de su arresto.
«Ahora me voy a reunir con Ignacio Ramonet y después a las 4 de la tarde vamos juntos a ir verlo a Lula», contó en la mañana de este jueves el Premio Nobel de la Paz a Página/12.
«Las expectativas en este momento son lograr que lo pongan en libertad, lo cual hasta el momento ha sido imposible a pesar de la fuerte presión internacional y a pesar de haberse comprobado que el ex juez Sergio Moro cometió ilícitos para condenarlo, vamos a seguir haciendo todo lo posible para que se acabe esta injusticia», agregó.
– Usted promovió la candidatura de Lula al Nobel que podría ser un espaldarazo para su libertad. ¿ Hay chances de que se lo concedan?
– Las deliberaciones Comité Nobel son secretas, dentro de un mes más o menos vamos a tener noticias, porque el 12, 13, 15 de octubre ya anuncian la candidatura, esperemos que lo consideren (a Lula), hay algunas versiones pero no puedo manejarme por las versiones sin tener la confirmación.
-¿Versiones más optimistas que pesimistas?
– Las versiones son más optimistas pero no podemos apresurarnos, siempre son versiones, no puedo aventurarme sobre ninguna de ellas hasta que sea pública decisión del Comité. Lo que digo es que posiblemente Lula sea uno de los candidatos más publicitados, más puestos en evidencia a escala mundial, me imagino que el Comité ya tiene alguna selección de las candidaturas.
Sobre el lawfare
Las sospechas sobre la conjura para encerrar al fundador del Partido de los Trabajadores y dejarlo fuera de las elecciones presidenciales vencidas por Jair Bolsonaro se confirmaron en los últimos meses a través de la divulgación de grabaciones en las que el entonces juez Moro da instrucciones a los fiscales para montar pruebas o manipular el proceso a fin de impedir el trabajo de los abogados defensores.
Los artículos publicados por el sitio The Intercept sobre el fraude judicial son lapidarios por la calidad de la información. Tanto que el propio Supremo Tribunal Federal tomó nota de las revelaciones y los abogados del expresidente las anexaron en el recurso donde demandan la anulación de lo actuado por el ex magistrado mentor de Lava Jato.
«Dentro de una hora me voy a reunir con los abogados de Lula para saber cómo está la causa (..) lo que se ha hecho con Lula es someterlo a una guerra judicial, una lawfare, como ya hemos visto que ocurrió con otros gobiernos progresistas en Honduras, Paraguay, Ecuador y en Argentina», reseña Pérez Esquivel.
La lawfare de Moro fue recompensada con el Ministerio de Justicia y Seguridad, cargo que asumió en enero junto con el inicio del mandato de Bolsonaro.
«Lo que veo en Brasil es un gobierno autoritario, que tiene la legitimidad que le dio las urnas, que se maneja por caminos que no son democráticos, incluso uno de los hijos de Bolsonaro, Carlos Bolsonaro, dijo esta semana que no le interesa la democracia. La democracia tiene debilidades pero también permite la participación del pueblo, hay que reformar las democracias delegativas en representativas», afirma Pérez Esquivel.
Al finalizar el diálogo telefónico con este diario, Esquivel se refirió a la apología de la dictadura chilena formulada por Bolsonaro la semana pasada cuando atacó a la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.
«Las declaraciones de Bolsonaro contra la ex presidenta de Chile y su reivindicación de Pinochet nos dan un panorama de lo que puede pasar en Brasil y nos advierten sobre lo que puede suceder en otros países de América Latina (,,) esto nos da una idea de hacia donde apunta Bolsonaro», consideró.