San Luis (LaNoticia) 04-09-2019. Son las palabras que se desprenden del testimonio de Virginia Domínguez, una mujer de 50 años que sufre violencia de género de manos de su ex marido, un mecánico que tiene un taller en la calle Fuerza Aérea. La víctima desesperada y avergonzada se acercó a los medios de comunicación para visibilizar su drástica realidad, tratando de conseguir que la Justicia escuche sus ruegos.
Virginia contó que su ex marido de apellido Flores sufre de esquizofrenia y desde enero que no toma la medicación. El último episodio sufrido fue este fin de semana. El hombre quiso incendiar la casa donde viven su ex esposa y dos sus hijas. Pero terminó quemándose a lo bonzo. Roció su cuerpo con nafta que llevaba en un bidón. En el hecho intervino la policía y los bomberos.
La víctima realizó innumerables denuncias, tiene varias restricciones, y es portadora del botón antipático. Pero el agresor viola los impedimentos de acercamiento y llega hasta el domicilio de su familia tantas veces quiera. Nada parece alcanzar para rescatarla de esa cruda realidad.
«Me ha querido matar, tirándome el auto encima. Donde me encuentra me manotea y me pega. Y realmente la policía no puede hacer nada. Porque me dicen que la orden de la jueza a ellos no les sirve. O sea que no lo pueden detener por violar la restricción», contó Domínguez.
«Estoy en mi casa encerrada con miedo, porque en el momento en el que se le antoja, va rompe puertas, vidrios, me amenaza. Necesito que alguien me ayude. Ruego, suplico que alguien me ayude porque voy a terminar muerta»
Domínguez y Flores contrajeron matrimonio hace 18 años. Según relata la mujer, la violencia comenzó desde el primer año de casados. «La jueza Ponce de Violencia Familiar 2, ha decidido ordenar una restricción por un corto tiempo, para que no se acerque a mi familia». Pero el hombre sigue incumpliendo las órdenes judiciales.
«Tengo 50 años, si a mí me mata, no me importa. Ya viví mi vida. ¿Pero a mis hijas quien las cuida? Hace semanas que no van a la escuela, porque tienen miedo que me mate».
Cristina Sosa Puebla
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