Este domingo ascendió a siete el número de fallecidos tras los tiroteos masivos registrados el sábado en las ciudades de Midland y Odessa, en el estado Texas, Estados Unidos (EE.UU.).
Un portavoz del Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) informó que hasta la madrugada se reportaban seis decesos, la otra víctima falleció en un hospital local de Odessa en horas del mediodía.
En esta jornada también trascendieron declaraciones del jefe de la policía de Odessa, Michael Gerke, quien dio a conocer que el presunto autor del crimen, muerto en enfrentamiento con las autoridades, utilizó un rifle de asalto tipo AR.
La identidad del atacante aun no ha sido develada. “No voy a darle ninguna notoriedad por lo que hizo”, manifestó Gerke.
En reportes de prensa lo han descrito como un hombre blanco de 35 años y ha trascendido que tenía antecedentes penales y su dirección estaba localizada en el condado texano de Ector.
En el hecho, ocurrido en la tarde del sábado último, también resultaron heridas otras 20 personas y se reporta al menos una en estado de gravedad.
Esta nueva balacera ocurre apenas un mes después del tiroteo de El Paso en el que un atacante masacró a 22 personas en un centro comercial.
El mandatario estadounidense, Donald Trump, felicitó a la policía de Texas, el FBI y a los socorristas por su respuesta ante lo que calificó como «terrible tragedia».
Posteriormente, en declaraciones desde el jardín de la Casa Blanca, Trump dijo que aunque se mantienen las discusiones para frenar la violencia armada con congresistas de ambos partidos, los hechos “realmente no cambian nada”.