Los primeros perjudicados por el principio de default que anunció el gobierno son las personas que ahorraban en Fondos Comunes de Inversión (FCI), una alternativa que se ofrecía como la más segura después de un plazo fijo. Los bancos y sociedades de Bolsa congelaron este jueves todas las operaciones con este tipo de fondos, entre ellas el rescate de las cuotapartes (salir de la inversión) hasta que se defina como les impacta el “reperfilamiento” de los vencimientos de las letes que integran el paquete de los fondos de inversión. En un comunicado conjunto, la Comisión Nacional de Valores y la Cámara de FCI anticiparon que en las próximas horas se instrumentarán los mecanismos necesarios para que los tenedores de fondos con participación de algunas de las letras alcanzadas tengan el mismo derecho que las personas humanas que las adquirieron de manera directa.
El problema de las medidas anunciadas es la alta participación de letras de corto plazo en la conformación de los FCI, con rendimientos que superaban el 80 por ciento. El gobierno de Cambiemos dispuso reestructurar compulsivamente los vencimientos de las letes de corto plazo y las administradoras de los FCI suspendieron toda operatoria hasta que se defina cómo se instrumenta esa reprogramación de vencimientos y quien se hará cargo de las pérdidas para las entidades y, por sobre todo, la de los clientes.
Cuando el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, anunció que se postergaba hasta seis meses los vencimientos de los títulos de corto plazo (Letes, Lecaps, Lelinks y Lecer) para tenedores institucionales, hizo referencia a bancos y aseguradoras de riesgo. “No se hizo mención a los Fondos Comunes de Inversión que tienen estas letras. En ese caso habrá que ver cómo trasladan la extensión de los plazos a los clientes”, alertó el economista Agustín D’Attellis en diálogo con este diario al término de la conferencia de prensa del ministro. No fue un olvido. Esa misma noche comenzaron las reuniones entre representantes de la cámara de estos fondos de inversión y funcionarios del gobierno para establecer que se hacía con esa zona gris que se generó.
Evitar un 2001
El objetivo de la negociación es evitar una situación similar a la que vivieron los tenedores de este tipo de instrumentos en 2002, aunque fue una de las propuestas que se analizaron sobre la mesa. En ese momento los bancos y administradoras cerraron los FCI y repartieron los activos que integraban esas carteras entre los clientes/inversores. Esto tiene dos problemas. El primero es que se genera una pérdida doble para el tenedor del activo y el segundo es que puede haber “avivadas” en el proceso.
Respecto a las primera cuestión, al repartirse los activos, el tenedor tendrá que esperar los plazos establecidos para el cobro de la parte de letes que tiene el fondo (supongamos un 20 por ciento). Esa parte la va a cobrar en tres veces a seis meses. Y además va a haber una sobreoferta de activos, porque los cuotapartistas van a ir en manada a liquidar todos sus papeles. Otra opción es que se reconozca al nuevo tenedor de letes (producto de la descomposición del FCI donde tenía su dinero) con las mismas condiciones que un comprador directo (persona humana). Pero acá se abre la posibilidad de que las financieras desarmen todos sus FCI para evitar quedar atrapados por el “reperfilamiento”.
Plan B
Finalmente, la opción que primó es individualizar si el tenedor de la cuotaparte del fondo con letes en su composición es un inversor institucional o una persona humana. “En relación al decreto 596 (publicado este jueves en el Boletín Oficial), en base a las reuniones mantenidas entre el Ministerio de Hacienda, la CNV y la Cámara de Fondos Comunes de Inversión se definió que las personas humanas que invirtieron en FCI que tenían en sus carteras títulos públicos de corto plazo alcanzados por la medidas tendrán el mismo derecho que se otorga a las personas humanas que invirtieron directamente en estos activos. La CNC emitirá la reglamentación”, según el comunicado de las entidad.
El objetivo es identificar entre los tenedores de cuotapartes a inversores institucionales de las personas humanas. Muchos fondos comunes de inversión tienen participación en otros fondos de las mismas características. Para llevar a cabo esa diferenciación, hubo reuniones temprano en la que las entidades presentaron información sobre presencia de lecap y letes al 31 de julio. Una vez recolectados los datos, se identificará a los cuotapartistas del fondo. “La idea es que los inversores individuales no terminen reperfilados. La ingeniería financiera requiere además que se cree una “subcuotaparte” que absorba el bache entre el dinero que recibirán los tenedores humanos por su cuotaparte y el pago del vencimiento de la letra que recibirá el banco o administradora.
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En el caso de cuotapartistas institucionales recaerá el cronograma de seis meses. No queda claro que sucederá con las empresas que ahorran en este tipo de fondos en reemplazo de un plazo fijo, por cuestiones de tasa y disponibilidad del dinero. Esto puede entorpecer todavía más la cadena de pagos del sector.
La implementación de este sistema explicaría la decisión de los bancos y sociedades gerentas de fondos de congelar la operatoria con este tipo de instrumentos. “Estimado cliente. De acuerdo a las medidas anunciadas por el Gobierno Nacional el 28 de agosto de 2019, plasmadas en el Decreto 596, le informamos que las Sociedades Gerentes han decidido suspender las suscripciones, rescates y cálculo de los valores de cuotapartes en el día de la fecha, de los FCI con Letes y Lecaps en su composición. Ante cualquier consulta, contacte a su asesor. Saludos cordiales”, es el mensaje que puede leerse al querer operar con alguna de las administradoras.