Pese a la oposición de grupos ambientalistas y organizaciones sociales, la compañía de hidrocarburos de Colombia, Ecopetrol, anunció la inversión de 500 millones de dólares en territorio colombiano para la fracturación hidráulica, más conocida como fracking, de los recursos en la cuenca del río Magdalena.
El desastre provocado en 2018 por la misma compañía durante el fracking en el departamento de Santander, al derramarse más de 550 barriles de petróleo, dejó un grave daño social, económico y medioambiental, contaminando más de 25 kilómetros del río Sogamoso, matando a 2.500 animales, dejando a nueve personas con problemas de salud y a cientos de familias afectadas.
Sin embargo a menos de un año de esta tragedia, la administración de Iván Duque no clausuró sus negociaciones con las empresas estadounidenses y canadienses para llevar a cabo el fracking.
La compañía explicó que espera por las indicaciones del Gobierno para dar continuidad a los proyectos e niciar las labores el año 2022 como fecha tentativa.
“Ecopetrol ha destinado US$500 millones en el periodo 2019-2021 para el desarrollo de pilotos, cuya realización está sujeta a las decisiones del Gobierno en esa materia y que, de ser exitosos, permitirían avanzar a una fase de expansión comercial después del 2022”, informó la empresa.
Mientras países desarrollados como Francia y Alemania prohibieron la práctica de fracking en sus territorios, así como también lo decretó recientemente el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno de Colombia continuará dando luz verde a una actividad de extracción que representa un daño irreversible en las zonas donde se aplica.
Las organizaciones contrarias a la medida esgrimen que si la extracción de petróleo con el método tradicional ya era dañina para el medio ambiente, el fracking representa una técnica mucho peor.
«Desde toda perspectiva es un atentado, una clara forma de terrorismo. Lo preocupante es que en un país tan biodiverso como Colombia, el control de los recursos naturales está al servicio de las grandes multinacionales. Por eso es necesario decir que las empresas de fracking deben abandonar el territorio colombiano ya que la catástrofe puede ser incontenible», asegura el experto medioambiental Rodrigo Bernardo Ortega.