La inflación esperada para 2019 es del 29,0 por ciento. Así lo informó el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central. El informe contempla las proyecciones de las principales consultoras del mercado. El mes pasado los economistas de la city habían estimado una inflación de 28,7 por ciento para 2019. Hace más de dos años que los «gurúes» ortodoxos vienen aumentando invariablemente sus pronósticos inflacionarios, dado que siempre subestiman su proyección y después deben ajustarla al alza. El año pasado, antes de la corrida cambiaria, decían que en 2019 los precios subirían 15 por ciento.
Los consultores, a su vez, proyectaron ahora un tipo de cambio a 48,0 pesos para el cierre del año, cuando la estimación previa había sido de 48,3 pesos. Esto implica que los economistas del mercado creen que la suba del dólar será de al menos 27 por ciento en los próximos meses y acompañará la inflación. Esta no fue la tendencia en lo que va del año. El dólar se mantuvo estancado y perdió competitividad real. La duda está en el segundo semestre. En los informes de las consultoras elaboraron distintos escenarios en función de cómo den las encuestas para las presidenciales.
La actividad económica marcará una retroceso de 1,2 por ciento en 2019, según los pronósticos de la city. La estimación fue idéntica respecto de la que hicieron hace un mes. Se trataría del segundo año consecutivo de caída de la economía e implicaría, si se cumple la perspectiva, que la gestión de Mauricio Macri terminará su mandato con un nivel de PIB casi 3 por ciento menor respecto de cuando empezó.
Para 2020 los consultores son optimistas y aseguran que la actividad crecerá un 2,5 por ciento. Estas estimaciones son poco confiables. Para 2018 habían dicho que el PIB iba a crecer más de 2 por ciento y se iba a romper la maldición de los años pares. Lo que ocurrió fue que la economía cayó más de 2,5 por ciento, se atravesó una crisis cambiaria con aumento del dólar del ciento por ciento y la inflación tuvo picos mensuales del 6. El ajuste fiscal, la pérdida de capacidad compra de los salarios, las tasas de interés y las expectativas de devaluación son los principales frenos para el mercado interno.
En cuanto al resultado fiscal, los economistas estimaron que el déficit primario será de 5 mil millones de pesos. La cifra se ubica muy cerca de la meta de déficit cero que tiene el Gobierno como objetivo presupuestario. En el Relevamiento de Expectativas del mes pasado habían estimado un déficit primario de 39 mil millones de pesos. Para 2020, en tanto, los consultores también se muestran optimistas y aseguran que la economía tendrá superávit fiscal por 170 mil millones de pesos. La caída de la actividad económica es el principal desafío para conseguir estos objetivos fiscales. Esto se debe a que el retroceso del mercado interno provoca un aumento menor al esperado de la recaudación tributaria y limita el nivel de ingresos embolsado por el Tesoro.
En lo que refiere a la tasa de interés, se proyectó que el año terminará con rendimiento de las Leliq de 36,0 por ciento. En el documento del mes previo se había estimado una tasa de 38,0 por ciento. Se trata de la tasa de las Leliq para diciembre de 2019. En la actualidad se ubica en torno del 51 por ciento. Si se cumple la expectativa de la city, el Gobierno terminará su mandato con tasas de interés idénticas respecto de cuando empezó. En cuatro años no se consiguió frenar la expectativa de devaluación ni de inflación, lo que obliga a la autoridad monetaria a tolerar elevadas tasas de interés.