La investigación del atentado contra la AMIA, la muerte de Alberto Nisman y la denuncia del fallecido fiscal estuvieron en el centro de la escena política en la semana de furia que pasó. La coalición mediática-judicial-política de respaldo a Cambiemos y con anclaje en las conducciones de la comunidad judía, armó infinitas operaciones que no tuvieron nada que ver con los hechos reales sino con movidas geopolíticas lideradas por las derechas de Estados Unidos e Israel. El objetivo siempre fue el mismo: apuntar a Irán y a lo que ellos llaman gobiernos populistas, incluyendo por supuesto al de Cristina Fernández de Kirchner. Pero esas operaciones recibieron golpes letales, pero habrá más terremotos a corto plazo.

1 La muerte de Nisman

Hace siete días Página/12 publicó un resumen de los whatsapp enviados, recibidos y borrados por el fiscal en sus últimas 48 horas de vida. Fueron 146 mensajes con periodistas, 99 con modelos y personas vinculadas a la prostitución VIP y 29 con dirigentes del PRO. En cambio dedicó apenas 21 mensajes a su equipo, pese a que dos días después tenía que ir al Congreso a defender su denuncia contra CFK, el fallecido canciller Héctor Timerman y otros dirigentes. Uno de los argumentos del fiscal y el juez que investigan la muerte de Nisman es que el celular de Nisman fue borrado. La planilla demuestra que no hubo comando iraní-venezolano-kirchnerista que borrara sino que él mismo lo hacía: 55 veces entre viernes y sábado, cuando el celular estaba probadamente en sus manos. A cuatro años de su muerte no apareció ni un sólo sospechoso de ese inexistente comando: nadie vió a una persona extraña entrar o salir del edificio; el departamento estaba cerrado por dentro; no hay desorden ni rastros de pelea; Nisman no tiene lesiones defensivas y lo que se decía, que el disparo era en un lugar extraño o que no tenía residuos de disparo en las manos, fueron falsedades que se cayeron a pedazos.
Un dato extraño. El fiscal Eduardo Taiano convocó este viernes a declarar al representante de modelos Leandro Santos, acusado en Uruguay por facilitar la prostitución. Tendrá que presentarse el 19 de febrero a las 9.30. Santos fue la última persona que intercambió mensajes con Nisman, el sábado 17 de enero a las 21.17.
2 Los mensajes con Diego Lagomarsino.
Durante cuatro años los investigadores dijeron que el informático no le prestó el arma a Nisman sino que se la entregó al comando que mató al fiscal. Sería una movida asombrosa ya que habría entregado una pistola registrada a su nombre, para cometer un crimen de repercusión nacional e internacional. En el celular de Nisman aparecen numerosos whatsapp entre el fiscal y Lagomarsino el día anterior a su muerte, algo que confirmaría la versión del informático ya que el tráfico de mensajes es una evidencia del intenso movimiento de Lagomarsino ese sábado: fue hasta Le Parc, Nisman le pidió el arma, volvió a su casa en Martínez, buscó la pistola, la llevó a Le Parc, volvió a su casa. Todo eso fue corroborado por la planilla de entradas y salidas de mensajes del celular de Nisman. El otro dato que desde el principio sustenta lo afirmado por Lagomarsino es que Nisman le pidió un arma también al custodio de mayor confianza, Rubén Benítez.
La fiscalía entregó el viernes elementos de la pericia ahora realizada sobre el celular de Lagomarsino. Hasta el momento no aparecen registros de mensajes, mientras que el GPS del aparato confirma todos los movimientos del informático. Tampoco aparecen llamadas ni mensajes sospechosos, compatibles con el inexistente comando iraní-venezolano-kirchnerista.
3 Hipótesis de homicidio en caída libre
Todas las publicaciones de los últimos tiempos, incluyendo el libro de Pablo Duggan, Quién mató a Nisman, fueron golpes durísimos a la hipótesis del homicidio sustentada por la Casa Rosada, el fiscal y el juez. Una evidencia del proceso fue el retiro de Sandra Arroyo Salgado, ex pareja de Nisman, como querellante en ese expediente y también como vocera principal de esa postura. Exhibe la forma en la que se deshilacha la utilización política de todo lo relacionado con la muerte del fiscal.
4 Cimadevilla, hombre de Cambiemos, acusa al gobierno de encubridor
El martes PáginaI12 publicó textos del documento que Mario Cimadevilla, ex titular de la Unidad AMIA de Ministerio de Justicia, le envió al presidente. El radical ratificó la denuncia que hizo hace un año pero en términos mucho más duros: “pretendían convertir la Unidad de Investigación AMIA en la Unidad de Encubrimiento AMIA”. Una frase feroz. Cimadevilla dijo que el gobierno intenta salvar a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en el juicio conocido como AMIA Encubrimiento, en el cual la acusación es que el entonces juez Juan José Galeano, los fiscales, la SIDE y hasta el presidente Carlos Menem armaron una operación pagándole 400.000 dólares al armador de autos truchos Carlos Telleldín para que dijera que entregó la camioneta Trafic que estalló en la AMIA a policías bonaerenses. Era una forma de endilgarle el atentado al gobernador Eduardo Duhalde. La versión de Telleldín parecía creíble al principio, porque el armador tenía fuertes vinculaciones con la Bonaerense. Sin embargo, una superficial investigación demostraba que la pista era falsa, por lo que el Tribunal Oral calificó la investigación como “un armado al servicio de políticos inescrupulosos”.
5 Cimadevilla cuestiona toda la investigación AMIA
En el mismo texto, el ex funcionario –que estuvo dos años a cargo de la pesquisa del atentado– sostuvo que “la pista iraní es débil”; que “Hezbollah no actuaba fuera de El Líbano en esa época”, que “no está comprobada la existencia de un suicida” y que “no se verifica la forma en la que se produjo la explosión”. En este último punto, Cimadevilla admite que hubo una Trafic, pero sostiene que no se incrustó en el edificio de Pasteur 633, sino que se posición delante y que hubo una explosión dirigida. Además, el ex funcionario es lapidario con Nisman. Señala que la investigación estuvo parada y que la condicionaron Estados Unidos e Israel. “Las conclusiones estuvieron predeterminadas por presuntas verdades armadas”, es decir que todo fue una manipulación geopolítica.
6 Camino al fallo en Amia-Encubrimiento.
Los textos de Cimadevilla pegan de lleno en las maniobras hechas en el juicio que se lleva adelante contra Menem, Galeano y los demás. El fallo se va a dar a conocer tal vez a fines de este mes o en marzo. En el banquillo también está sentado el otrora poderoso presidente de la DAIA Rubén Beraja, igualmente imputado por encubrimiento porque se lo acusa de haber estado al tanto del acuerdo de pago de 400.000 dólares a Telleldín. En este juicio, las dos organizaciones de la colectividad judía, AMIA y DAIA, jugaron más de defensores de los acusados que de querellantes o acusadores, tal como denuncian los agrupaciones de familiares de las víctimas del atentado.
7 Memorándum en caída
El jueves se produjo una verdadera erupción cuando la AMIA hizo trascender una carta a la DAIA instando a ésta último institución –que agrupa a clubes, sinagogas, colegios y otras organizaciones– a que se retiren de la acusación contra Kirchner. El texto firmado por Agustín Zbar deja en claro que la causa es una maniobra política, explicada por la grieta y que situó a la DAIA del lado de Cambiemos. Fue una desautorización feroz de la denuncia original realizada por Alberto Nisman y que incluso la DAIA potenció acusando a CFK y a Timerman de traición a la patria. Entre otras cosas, Zbar mencionó lo que dijo el primer juez de la causa, Daniel Rafecas: que el Memorándum ni siquiera entró en vigencia, por lo que no podía tener efectos jurídicos. La DAIA salió del brete diciendo que por ahora no desiste de ser acusador de CFK, pero el presidente Jorge Knoblovits tiene convocada una asamblea para el 6 de mayo donde se debatirá el tema. Se trata del único caso en el mundo en que dirigentes de la comunidad judía acusaron penalmente a un gobierno. La interna develada esta semana exhibió en forma descarnada la forma en la que dirigentes del PRO y la DAIA jugaron a favor de Cambiemos con consecuencias gravísimas: provocaron detenciones, entre ellas la domiciliaria de Timerman, quien vio atrasado de manera trágica su tratamiento contra el cáncer.
8 Memorándum, juicio e Interpol
Un punto clave del juicio por el Memorándum es la declaración del ex secretario general de Interpol, el norteamericano Ronald Noble, quien sostiene desde el primer día que la denuncia de Nisman fue falsa y que nunca se favoreció a los sospechosos iraníes. Dos familiares de las víctimas del atentado, muy cercanos a la DAIA, acusaron a Noble de encubrimiento, una maniobra destinada a evitar que declare en el juicio. Noble tiene inmunidad otorgada por haber ejercido el máximo cargo en Interpol por lo que la organización internacional de policía es quien tiene que dar el visto bueno para que declare. En principio Interpol aceptaría que testimonie, pero quiere aprobar las preguntas por escrito. Los jueces tienen que decidir sobre todos estos puntos. Sea como fuere, la acusación ya quedó desacreditada por la AMIA y está claro que es hoy exclusivamente una manipulación política.