La Comisión Europea acusó al gigante de internet de incumplir las reglas de competencia del bloque por el funcionamiento de su buscador de compras Google Shopping. Al mismo tiempo anunció que investigará el sistema operativo Android para dispositivos móviles. Google rechazó las acusaciones y advirtió que existen otros numerosos buscadores y una gran cantidad de asistentes de búsquedas.
De acuerdo con el comunicado de la empresa, firmado por su vicepresidente senior, Amit Singhal, al resto de los buscadores se suman «una tonelada de servicios especializados (de compras) como Amazon, Idealo, Le Guide, Expedia o eBay», entre los más populares. «La gente cada vez usa más redes sociales como Facebook, Pinterest y Twitter para encontrar recomendaciones sobre dónde comer, qué películas ver o cómo decorar sus casas», argumenta la empresa, y añade que lo mismo ocurre con las noticias, de las cuales sólo menos de un 10 por ciento se leen a través de Google, pues en general los lectores acceden de forma directa a los medios.
Por ello, Singhal destaca que la compañía «está en respetuoso pero fuerte desacuerdo» con la medida de enviar el pliego de cargos a Google. «Esperamos poder defender nuestra posición en las próximas semanas». En opinión de la Comisión Europea, en su motor de búsquedas Google favorece en la lista de resultados a sus propios servicios o a las empresas que le pagan por destacarse, lo que afecta a los competidores pero también a los consumidores.
La acusación, tomada tras cinco años de investigaciones, implica un endurecimiento del procedimiento abierto desde 2010. También se están analizando otros servicios como los de mapas y viajes, se indicó en Bruselas, cuyas autoridades ampliaron además el procedimiento a Android. «Los smartphones, tabletas y dispositivos similares juegan un papel cada vez mayor en la vida diaria de las personas y quiero asegurarme de que los mercados puedan florecer en este área sin limitaciones contra la competencia impuestas por ninguna compañía», declaró la comisaria de Competencia de la Unión Europea (UE), Margrethe Vestager.
La cuestión que se investiga aquí es también si Google tomó medidas anticompetencia o se aprovechó de su dominio en el mercado. Vestager añadió que teme que Google «se haya creado una ventaja injusta» frente a sus competidores. El buscador de Internet tiene en Europa una cuota de mercado del 90 por ciento, que en sí mismo no es un problema salvo que haya aprovechado tal situación para impedir la libre competencia, añadió la funcionaria.
El bloque tiene atribuciones para multar a una compañía con hasta el 10 por ciento de su facturación anual de comprobarse que vulneró las leyes antimonopolio, lo que en el caso de Google implica una suma de hasta 6.600 millones de euros y la imposición de condiciones para su funcionamiento en Europa.
Google tiene ahora diez semanas para responder. No hay plazo para la decisión de la Comisión Europea, pero los expertos estiman que tardará al menos de un año en llegar. Vestager subrayó que todos los caminos están abiertos pero que si al final no se encuentra una solución, a la Comisión no le temblará la mano a la hora de aplicar una multa. También añadió que el organismo no quiere inmiscuirse en la fórmula de búsquedas de Google.
El proceso contra Android, por su parte, podría tener un grave efecto sobre el modelo de negocios de la compañía estadounidense con los dispositivos móviles, ya que se trata del sistema operativo más popular, que si bien es gratuito para los usuarios, no lo es para los fabricantes de aparatos, que deben pagar un canon si quieren incluir servicios de Google como Maps o GMail. En ese caso hay que comprar el paquete completo, no se pueden adquirir determinados programas por separado. Eso es lo que Bruselas considera ahora con ojos críticos.
La Comisión quiere investigar si con sus incentivos a los fabricantes para que preinstalaran sus programas de forma exclusiva Google perjudicó a sus rivales, o si también impidió a otros vender sus propias versiones de Android. En todo el mundo, Android tiene actualmente un 80 por ciento del mercado de smartphones. Simultáneamente, en China se venden muchos aparatos con Android sin ningún servicio de Google.
Google había aceptado una serie de condiciones impuestas por el antecesor de Vestager, Joaquín Almunia. Sin embargo, en el seno de la Comisión hubo resistencia a cerrar el procedimiento, porque rivales de la empresa consideraban insuficientes los pasos dados por Google. Reclaman entre otras cosas una posición más destacada a la hora de mostrar los resultados de las búsquedas.
Google tiene suficientes medios para hacer frente a una eventual multa millonaria pues cuenta con reservas de más de 60.000 millones de dólares, pero tener que hacer cambios en su motor de búsquedas podría ser bastante más doloroso, ya que la empresa gana dinero principalmente con los anuncios que se muestran en el entorno de las búsquedas.
La Comisión divulgó sus conclusiones horas antes de que Vestager viajara a Estados Unidos, quien seguramente tendrá que explicar los fundamentos de su denuncia, y negó que su decisión pudiera poner en peligro el tratado de libre comercio que están negociando la Unión Europea (UE) y Washington.