La deuda general de Colombia logró duplicarse, alcanzando un 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos cinco años, en comparación al 20 por ciento registrado en el 2012.
El endeudamiento público del Estado colombiano era del 12.5 a 23.2 por ciento entre 2012 y 2017, debido a la dinámicas económicas implementadas durante el mandato del expresidente Juan Manual Santos.
Mientras, que la deuda privada aumentó del 8.8 al 16.6 por ciento, de acuerdo con distintos indicadores sociales de Colombia.
Asimismo, durante los primeros 30 días de gestión del presidente de Colombia, Iván Duque se prevé que estas cifras se mantengan, debido a las distintas políticas neoliberales que impulsará el actual mandatario.
Según un balance publicado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), entre las nuevas medidas se encuentran; una nueva reforma tributaria, el ajuste fiscal, la discusión y la discusión del salario mínimo (más del 47 por ciento de los colombianos cobran menos del salario base).
Además de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU., y la privatización del los servicios básicos (agua, gas, aseo, electricidad), lo que podría incrementar el endeudamiento general y la situación económica de Colombia.
Las causas del endeudamiento
– Baja productividad.
– Una economía con una base desindustrializada.
– Poca inversión y comercialización interna.
– La reducción de la producción alimentaria.
Las Consecuencias de la economía heredada
Conforme al informe de la Celag, la economía actual y heredada de Colombia es «raquítica», con indicadores de pobrezas altos, muy parecidos a los de otros países con conflictos mayores como la guerra.
Esto deja como consecuencia el declive del crecimiento sostenible, el cual es precario para el país y sus ciudadanos, desmejorando las condiciones laborales de los trabajadores.
Además, disminuirá la calidad de vida, oportunidades de los colombianos y el crecimiento económico del país.