Mientras el mundo aún recuerda el ataque nuclear de Estados Unidos (EE.UU.) contra Hiroshima hace 73 años, que mató a más de 140 mil personas, nuevamente se encienden las alarmas. ¿La razón? Las recientes tensiones globales y la nueva doctrina nuclear de EE.UU. que apunta a Rusia, China, Irán y Corea del Norte.
El senador ruso Frants Klintsévich explicó en febrero pasado, cuando fue presentada la nueva doctrina nuclear de EE.UU., que esta se inclina más por la confrontación que en la cooperación con Rusia para el desarme.
Señaló que la doctrina del Gobierno estadounidense «es un intento de reaccionar a los cambios que se producen en el mundo, unos cambios que ponen en entredicho el dominio de una sola potencia».
Así es la doctrina nuclear de EE.UU.
1. Enfoque agresivo hacia Rusia y otras potencias
La doctrina, recogida en el documento «La Revisión de la Postura Nuclear», asegura que existen «amenazas sin precedentes» de parte de potencias extranjeras como Rusia, China, Corea del Norte e Irán.
Washington señala que Rusia moderniza su potencial nuclear para recuperar su estatus de superpotencia, por ello EE.UU. mejorará su arsenal nuclear, misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos. Asimismo, apunta a Corea del Norte como su principal amenaza.
El presidente Donalt Trump aseguró que su doctrina nuclear se da en respuesta a una visión «realista» de la situación mundial y para y disuadir a otros países del uso de las armas atómicas.
2. Se permite el uso de fuerza nuclear en más escenarios
EE.UU. podrá responder los ataques no nucleares, que causen bajas masivas o que tengan como objetivos infraestructuras claves, con una represalia nuclear.
Según el documento de EE.UU, un ataque nuclear «solo consideraría el uso de armas nucleares en circunstancias extremas para defender los intereses vitales de EE.UU., sus aliados y socios».
3. Se desdibuja la línea entre guerra nuclear y no nuclear
«Las fuerzas estadounidenses fortalecerán su capacidad para integrar la planificación y las operaciones militares nucleares y no nucleares», indica la doctrina. También se ordena mejorar los aviones de combate F-35 para transportar bombas y misiles nucleares.
Es decir, las fuerzas militares nucleares y no nucleares de EE.UU. trabajan con mayor integración para un eventual ataque. La guerra nuclear pasa a ser una probabilidad más inminente.