«Sin la perseverancia y la exigencia de los familiares en la calle, ninguna causa puede llegar a la verdad», sintetizó Sergio Maldonado las críticas hacia todos los poderes del Estado, el agradecimiento por el respaldo de los organismos de derechos humanos y el compromiso de «lealtad» hasta que se alcance la condena a los responsable de la desaparición forzada seguida de la muerte de su hermano, Santiago, que esta tarde fue recordado por miles de personas en la Plaza de Mayo. La familia del joven «anarquista, artista, tatuador» volvió a exigir la intervención de un grupo de expertos independiente que acompañe la investigación para «evitar la interferencia del Gobierno» y «las trabas del Poder Judicial», además de exponer sus diferencias respecto de la autopsia oficial que «no dice dónde murió Santiago, qué día, en qué circunstancias ni cuántos días estuvo en el río», donde apareció el pasado 17 de octubre.
Con la voz entrecortada y agradecimientos a las miles de personas que volvieron a llenar la Plaza de Mayo en reclamo de justicia por Santiago Maldonado, Sergio comenzó por recordar el «alma libre» que impulsaba las acciones de su hermano y «su mirada, que interpela a una parte de la sociedad». Desde el escenario, el documento de la familia interpeló a «los funcionarios estatales, que ocultaron información, encubrieron el accionar de la Gendarmería nacional y persiguieron a nuestra familia, en lugar de ponerla a resguardo». En ese tono, Sergio insistió con el pedido de renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
«¡Fuera, fuera, fuera Bullrich, fuera!», fue el grito que surgió desde la plaza cuando Sergio enumeró los hechos repasados una y otra vez: la represión de la Gendarmería el 1 de agosto —»en el marco de un operativo ilegal, que se convirtió e una cacería humana con balas de goma y plomo»—, la desaparición del cuerpo de Santiago, los 78 días de búsqueda, la aparición el 17 de octubre en el río Chubut. «Apareció 80 metros río arriba, en un tramo que había sido rastrillado por el Estado en dos oportunidades. Más de 400 efectivos policiales, drones, perros y buzos, dijeron que no había nada en el mismo lugar en el que apareció el cuerpo», recordó Sergio.
Ese fue el puntapié para exponer las diferencias de la familia Maldonado con la pericia oficial que confirmó la muerte por ahogamiento del joven en el río Chubut. «Cuando desde el Gobierno y algunos medios de comunicación instalaron que 55 peritos establecieron que Santiago se ahogó solo y que no hay nada que reclamar, les decimos que es más de las mentiras a la que estamos acostumbrados», sentenció Sergio y enumeró: «Los resultados no dicen dónde murió Santiago, qué día en qué circunstancias ni cuántos días estuvo en ese río». Además, agregó que «los peritos de la Corte Suprema no pudieron responder (sobre esos puntos) el 24 de noviembre» pasado.
Además, la familia de Santiago recordó cómo durante este año fueron víctimas de espionaje bajo la orden del primer juez de la causa Guido Otranto, «en lugar de apartar e investigar a la Gendarmería»; cómo la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, «continúan negando la desaparición forzada» y «el operativo ilegal» de las fuerzas que responden a su cartera o cómo sufrieron que «periodistas y medios mercenarios» se dedicaran a atacar a la familia «negando el derecho de acceso a la Justicia».
El documento también lamentó «el peregrinar de sur a centro» al que los somete el Poder Judicial apuntando contra las medidas tomadas por la fiscal de Esquel, Silvina Ávila, el juez federal de Comodoro Rivadavia, Gustavo Lleral, e incluso la Corte Suprema. En ese sentido, la familia volvió a insistir en el pedido de la intervención de un grupo de expertos independiente para acompañar la investigación, con el objetivo de «evitar la influencia del Gobierno».
Sergio agradeció el respaldo de los organismos de derechos humanos —como en cada acto Madres y Abuelas de Plaza de Mayo estuvieron sentadas detrás de la familia junto todo el amplio espectro de los organismos del sector, entre los que la familia destacó a La Poderosa— y propuso que el 1 de agosto no sea solo una fecha de conmemoración sino el punto de partida para la creación de una agenda conjunta que supera las diferencias partidarias porque «los derechos humanos se defienden o se violan».
«Sin la perseverancia y la exigencia de los familiares en la calle, ninguna causa puede llegar a la verdad», concluyó Sergio tras un año de experiencia en la búsqueda de Justicia e hizo extensivo su reclamo a «todas las familias que atraviesan nuestro dolor». «Si este gobierno es indiferente, nosotros decimos: Santiago es solidaridad», cerró Sergio antes de gritar junto a toda la plaza: «¡Santiago Maldonado, presente!».