«No tenemos educación sexual integral ni tampoco se nos provee métodos anticonceptivos, pero si quedamos embarazadas se nos juzga en las calles, se nos echa de los colegios y si no se nos echa, se nos margina y si abortamos, se nos llama asesinas.» En pocas palabras, María Peñalba, de 16 años e integrante de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Salta, rebatió los falsos ejes de discusión propuestos por los expositores y senadores antiderechos y explicitó la realidad que viven las mujeres argentinas ante la imposibilidad de decidir sobre sus cuerpos, en particular, en Salta. «La provincia donde un cuarto de los embarazos son adolescentes, donde la verdadera rectora de la educación sexual es la Iglesia», señaló la adolescente.
La posición a favor de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo expuesta por la joven estudiante de la provincia gobernada por Juan Manuel Urtubey —quien anunció la adquisición de un software para prevenir embarazos adolescentes—, la provincia cuyos siete diputados varones votaron en contra de la norma exigida por el movimiento feminista durante el debate en Diputados, se escuchó como un bálsamo luego de la exposición del médico y titular de la Fundación Conin, Abel Albino, quien repitió su repertorio medieval rechazando el uso del preservativo.
La doctrina Albino, emparentado a la doctrina de la Iglesia, es regla en Salta, según lo expuesto por Peñalba. «¿Tienen educación sexual en la escuela?», le consultó una de las senadoras a la joven. «La única educación sexual que he recibido se llamó ‘educación para el amor’, y era muy hetero-normativa, muy machista. Nos recomendaban como método anticonceptivo que directamente no tengamos sexo», respondió, cuando aún retumbaba las palabras de su exposición: «pero si quedamos embarazadas se nos juzga en las calles o margina, y si abortamos se nos llama asesinas» o otro fragmento en el que interpeló: «¿Cómo puede ser que a los adultos les de miedo que nosotros tengamos sexo, y no que seamos obligadas a gestar y maternar?”.
En el pantallazo sobre cómo viven las mujeres salteñas, la adolescente resaltó que «un cuarto de los embarazos son adolescentes», «hay un gran porcentaje de madres solteras» y «todos los días se conoce un nuevo caso de abuso sexual», mientras que el acceso al aborto en casos no punibles está restringido y «queda librado a la buena o mala voluntad de los establecimientos de salud». «Queremos salir sin miedo a la calle pero no podemos, porque Salta ocupa el segundo lugar con mayor tasa de femicidio», agregó la joven.
La integrante de la Coordinara de Estudiantes Secundarios también resaltó que, en la provincia donde «la verdadera rectora de la educación sexual es la Iglesia» y donde «se dicta educación religiosa en escuelas públicas y privadas, y se suspende las clases por fiestas religiosas», a las jóvenes como ellas se las persigue, sanciona y expulsa de los centros de estudio por manifestarse a favor de la legalidad del aborto.
«El aborto legal es un derecho tan necesario que debe unirnos a todos, sin diferencias partidarias», exigió la adolescente ante los senadores y denunció a «aquellos que fuerzan a niñas, adolescentes y mujeres a gestar y maternar: al Estado y a esta Iglesia tan cínicamente presente»