Así lo confirmó el secretario adjunto de la UOM Morón, Rubén Andrada. La fábrica quedará sólo con una dotación mínima, de 30 personas, para el servicio técnico. Otros 60 trabajadores aceptaron los retiros voluntarios.
«La planta de Haedo, a partir de la semana que viene, solo recepcionará la mercadería china para distribuirla», advirtió Andrada, quien agregó que la UOM a través de su secretario general, Antonio Caló, hizo gestiones ante el Gobierno nacional y se reunió con el secretario de Industria, sin resultados. «Buscamos por todas las formas que la empresa continuara produciendo acá, pero ellos dicen que les conviene traerlo de afuera. Lamentablemente, esto es producto de la política de este gobierno de abrir de manera irrestricta las importaciones, sumado a la baja del consumo interno».
Mabe es una multinacional de origen mexicano que llegó al país en 1998. En sus primeros tiempos sólo importaba, pero a partir de 2003 fue desarrollando la producción local. Según los metalúrgicos, la mayor parte de los componentes de los electrodomésticos elaborados en la planta de Haedo eran de fabricación propia. La empresa cuenta con más de 20 fábricas en la región y se especializa en la producción y comercialización de electrodomésticos.
En la Argentina, mabe tiene su marca propia, junto con otras de fuerte inserción en el mercado, como Patrick y General Electric.
La pérdida de estos puestos de trabajo en mabe se suman a recientes cesantías en Envases del Plata, ubicada en el mismo municipio de Morón, gobernado por el intendente PRO Ramiro Tagliaferro. Se trata, también en este caso, de despidos vinculados con la apertura indiscriminada de las importanciones. Del Plata tenía como principal cliente a Unilever, para el que producía envases de aerosoles que ahora son importados desde México y Brasil.
En enero, Envases del Plata había intentando despedir a 55 personas, decisión resistida por sus trabajadores. Sin embargo, meses más tarde la firma perdió la venta de los envases de aerosol y avanzó con el ajuste. «Estamos haciendo malabares para frenar más despidos, pero el gobierno nacional no se quiere mover un centímetro de sus políticas desindustrializadoras», denunció el dirigente de la UOM. «Es desesperante, porque vemos cómo a los comedores populares se acerca cada vez más gente que no tiene ingresos. Y estamos perdiendo además la mano de obra especializada que tanto nos costó recuperar después de las crisis de los `90», concluyó Andrada.