Expertos en investigación de accidentes aéreos de ese país colaborarán con funcionarios uruguayos y argentinos en los peritajes para intentar establecer las causas de la tragedia de Punta del Este, Uruguay, donde una avioneta cayó el pasado 19 de marzo y provocó la muerte de sus dos pilotos y ocho ocupantes.
Según la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC) de Argentina, está prevista la llegada de una delegación proveniente de Estados Unidos compuesta por investigadores del National Transportation Safety Board (NTSB), la Federal Aviation Administration (FAA) y un representante del fabricante Hawker Beechkraft.
Estos expertos colaborarán con los investigadores de la Fuerza Aérea uruguaya y de la JIAAC argentina para intentar establecer los motivos por los que la avioneta Beechkraft B-90, matrícula LV-CEO, cayó a una laguna apenas 30 segundos después de haber despegado del aeropuerto de Punta del Este con dos pilotos y ocho pasajeros a bordo.
Como consecuencia del accidente, murieron todos los ocupantes de la avioneta: los pilotos Luis Pivida (59) y Diego Chiaradía (45), y los pasajeros Mario Barba (41), Joanna Mc Cormack (41), Alfredo Dietrich (51), Carlos De Elías (56), Marcela Zarco (48), Horacio Peña (48), Luis Gustavo Peña (58) y Marta Pires Vieira (41, portuguesa).
En un comunicado, la JIAAC informó que «por ser país de nacionalidad de la matrícula del avión, ya envió toda la información técnica requerida (por la Justicia uruguaya), que comprende registros del taller de mantenimiento, datos de la empresa operadora y documentación de la autoridad aeronáutica».
«Además, ha designado a un investigador operativo como representante acreditado, que junto a un investigador técnico continúan abocados a las tareas de análisis y elaboración de informes», señala el comunicado de prensa.
La jueza Letrada de Primera Instancia de Maldonado, Adriana Morosini aseguró que, en principio, la avioneta contaba con toda la documentación y habilitaciones en regla para realizar ese tipo de viajes, aunque dijo que aguardará el resultado de distintos peritajes que se están realizando desde el mismo momento en que ocurrió el accidente.
Lo mismo aseguraron fuentes de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) argentina, que también agregaron que la avioneta había pasado todos los controles técnicos a los que había sido sometido durante los últimos meses.
Un informe elaborado por la JIACC reveló que el 21 de noviembre del 2013 esa misma avioneta ya había sufrido un accidente aéreo cuando aterrizaba en el aeropuerto de San Fernando, que no dejó víctimas fatales ni heridos pero sí serios daños en la aeronave.
Según ese informe, esa avioneta contaba con una capacidad máxima para dos tripulantes y seis pasajeros (dos menos que los que transportaba al momento de la tragedia), y soportaba un peso máximo para el despegue de 4.300 kilos.
Desde ese accidente, la avioneta entró en reparación y recién recibió la autorización para volver a volar a principios de marzo, es decir, días antes del accidente en Laguna del Sauce, explicaron los expertos.
Los especialistas dijeron que es probable que tras el accidente del 2013, la avioneta haya sido reconfigurada para transportar a más pasajeros y que esa modificación haya sido homologada tras los diferentes controles aeronáuticos.