Kenia anunció haber destruido con bombardeos dos bases del grupo extremista islámico Al Shabaab en el sur de Somalia, en su primera respuesta militar al atentado de la semana pasada contra una universidad keniana, que dejó 148 muertos.
Tres días después del sangriento atentado a la universidad de Garissa, la Fuerza Aérea keniana bombardeó dos campamentos de Al Shabaab en Gondowe e Ismail, de la región somalí de Gedo, limítrofe con Kenia, y dejó una cantidad indeterminada de muertos, dijo un vocero militar.
«Nuestras fotos aéreas muestran que los dos campos fueron completamente destruidos», aseguró el coronel David Obonyo, portavoz del Ejército de Kenia.
Según las autoridades, los milicianos que atacaron en Garissa surgieron de esos campamentos.
No obstante, los milicianos de Al Shabaab desmintieron al gobierno de Kenia al afirmar que los campamentos no fueron destruidos y que las bombas cayeron a cientos de metros del lugar, según un comunicado publicado en un sitio islamista.
Los bombardeos -la primera respuesta militar keniana al atentado en Garissa- coincidieron con una ola de críticas por la lentitud con que reaccionaron las Fuerzas Armadas ante el ataque yihadista.
Según la agencia de noticias EFE, Kenia tiene dificultades para detener el flujo de yihadistas y armas de Al Shabaab a través de la porosa frontera de 700 kilómetros que comparte con Somalia.
Esto ha permitido que, en el último año, se hayan incrementado los ataques contra ciudades fronterizas, como Mandera o la propia Garissa, que está en el noreste del país, a unos 200 kilómetros del límite con Somalia.
El pasado jueves, miembros de Al Shabaab asaltaron la Universidad de Garissa haciéndose pasar por fieles que iban a rezar a la mezquita del campus.
Los milicianos tomaron como rehenes a decenas de estudiantes cristianos en un hecho que duró varias horas y terminó con 148 muertos, 142 de ellos estudiantes.
Al Shabaab reivindicó el atentado como respuesta a la intervención militar keniana en Somalia y amenazó con provocar «un baño de sangre» en Kenia, informaron medios locales.
El ataque contra la Universidad de Garissa fue el peor en Kenia desde el atentado contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998, que causó 213 muertos.
El grupo yihadista ya asaltó, el 21 de septiembre de 2013, el centro comercial Westgate de Nairobi, con un saldo de 67 muertos y unos 200 heridos.
Las autoridades kenianas identificaron a un keniano, Mohamed Kuno, como ideólogo del ataque y ofrecieron unos 250.000 dólares de recompensa por cualquier información que permita su captura.
El ciudadano keniano, que dirigía en Garissa un centro de estudios islamistas (una «madrasa»), pasó a Somalia en 2009, donde se integró a la Unión de Cortes Islámicas, embrión de Al Shabaab, en la que luego se convirtió en líder de la región somalí de Juba, fronteriza con Kenia.
Las autoridades sindican a Kuno, que también responde al alias de «Dulyadin», como responsable de operaciones exteriores de Al Shabaab en Kenia y señalan que usa a miembros de su familia para atravesar el límite.
Kuno ya estaba en la mira de la policía keniana desde el año pasado, cuando se lo consideró responsable de una serie de atentados en el litoral marítimo, donde murieron decenas de personas.
Desde 2011, en que tropas de Nairobi empezaron a incursionar en Somalia, los atentados de Al Shabaab costaron más de 400 vidas en Kenia a manos de los yihadistas, que intentan instaurar en el país un estado wahabita, en la línea religiosa de las petromonarquías del Golfo Pérsico.