El presidente Mauricio Macri encabezó este martes la reunión de Gabinete en la Rosada.
Con el tono de su mensaje del lunes, en el que apuntó con fiereza contra Cristina Kirchner, ya había quedado claro que Mauricio Macri da por hecho que el Senado aprobará el proyecto que limita y retrotrae el aumento de tarifas. Pero el tema no deja de inquietarlo. Y, esta mañana, ante sus ministros, volvió a justificar porqué rechazará la ley: «Si no vetamos habrá un agujero fiscal impresionante».
Los cálculos que hacen en el Gobierno, y sobre los que se apoya Macri para rechazar la ley, arrojan que sólo por 2018 el Estado tendría que tapar un déficit adicional de 90 mil millones de pesos. En tanto, por 2019, serían unos $80 mil millones. Es decir, una suma global superior a los 170 mil millones de pesos. En tiempos de recorte exigidos por el Fondo Monetario Internacional, algo imposible de afrontar, sostienen cerca del Presidente.
Como lo había hecho a lo largo de los más de 9 minutos de discurso que grabó para pedirle a la oposición que no vote la iniciativa, en la reunión de Gabinete de hoy el jefe de Estado insistió en responsabilizar al peronismo por la iniciativa y diagnosticó, en línea con lo que vislumbran sus principales espadas políticas, que se viene una etapa de unidad de sectores que, hasta el momento, lucían distanciados. «El PJ se abroqueló y arrastra al resto», fue el análisis que hizo ante sus ministros.
Según pudo reconstruir Clarín de distintos funcionarios que participaron de la reunión, el jefe de Estado incluye allí a sectores del peronismo más dialoguista, al kirchnerismo y al Frente Renovador de Sergio Massa.
De ahí tal vez se explique que, en los últimos días, el Gobierno haya admitido que busca un acercamiento con el tigrense para convencerlo de que vuelva a erigirse en un opositor «responsable», según indicaron en Casa Rosada. Y que el propio Presidente se dirigiera en tono conciliador con sectores del PJ referenciados en los gobernadores y les pidió que «demuestren que existe un peronismo razonable».
Antes de intervenir en la reunión de Gabinete, Macri les dio paso a los ministros de Hacienda y Modernización, Nicolás Dujovne y Andrés Ibarra, quienes se encargarán de implementar la nueva etapa de ajuste en la política.
Dujovne e Ibarra adelantaron a sus pares del Gabinete que no habrá más ingresos en el Estado: ni nuevos cargos, ni altas de personal de ninguna índole y, mucho menos, contratos de locación de servicio, una modalidad de contratación encubierta, muy común en la política.
Ibarra comentó que se detectó que el Estado gastó $2.400 millones en horas extra el último año, $6 mil millones en viáticos y que en los organismos descentralizados hay más de 10 mil empleados, cuando podrían funcionar con alrededor de 4.500.
«Necesitamos una etapa de mucha austeridad», sintetizó Dujovne. «Es inevitable», agregó, al recordar que «el mundo se sigue complicando» en términos económicos y que eso, en definitiva, afectará más a la Argentina.
Por último, también habló de los programas de Precios Cuidados y Ahora 12, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, quien buscó mostrar iniciativa a sabiendas de algunas críticas internas, que volvió a escuchar en las últimas horas por la suba de precios.
A propósito de eso, en Balcarce 50 esperaban este mediodía a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, quien la semana pasada mostró su preocupación por los aumentos y advirtió que iba «a mostrar» el listado de «quienes están aumentando». Molesta con Cabrera, la mandataria tenía prevista una reunión con Peña.