Este jueves la cotización del dólar dio un salto del 8,3% y se sumó a los 3,3% que se había depreciado el miércoles. Es una devaluación del 11,5% en solo 48 horas, la mayor del mundo en los últimos días. Pero también la mayor del mundo emergente desde comienzo del año, con la excepción del bolívar venezolano.
Desde que en Estados Unidos la tasa del bono a 10 años subió a 3% anual y se generó una ola de fuga de divisas en todos los países emergentes el pasado lunes 23 de abril, el Banco Central desembolsó 4.400 millones de dólares la semana pasada para sostener la cotización de la moneda norteamericana en $20,50. Con esto buscaba evitar la suba del dólar, y en particular, su posterior traslado a la inflación.
Y esta semana Sturzenegger redujo su intervención a otros 750 millones de dólares más, pero dejando subir la divisa hasta su valor actual, $23,30 y también la tasa de interés de corto plazo 1200 puntos porcentuales hasta 38%, valor que no se observaba en el mercado de Lebacs desde 2016.
En el medio de la creciente volatilidad, el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) -el centro de estudios financieros de los principales bancos mundiales- emitió un informe sobre la situación de vulnerabilidad de los países emergentes frente al riesgo de suba de tasas en los Estados Unidos. En este trabajo identificó que los dos países con mayores presiones a la devaluación son Argentina y Turquía. En tercer lugar se ubica Hong Kong y en cuarto, Brasil.
«Nuestros índices de presión cambiaria ofrecen una fotografía de dónde es más aguda la presión a la depreciación actualmente. El gráfico muestra los últimos valores de nuestros índices (negro) basados en los datos del último medio año, con los aportes de los movimientos de la tasa de cambio (barras rojas) y las intervenciones (barras rojas). Argentina y Turquía sobresalen en esta comparación, aunque otros países con altas tasas como Brasil e Indonesia también merecen atención. En el otro extremo del espectro, los mercados emergentes de Asia continúan viendo presión a la apreciación», advirtió el IIF.
De acuerdo a los técnicos del IIF, estos índices sopesan estimaciones de intervención (medidos en porcentajes del PBI) con cambios de la moneda frente al dólar y dan una imagen amplia de la conducta intervencionista, dado que la decisión de los políticos de mercados emergentes radica esencialmente en cuánta presión a la apreciación o depreciación están dispuestos a dejar pasar a la tasa de cambio.
Las consecuencias de estas presiones se conjugan con la vulnerabilidad de ambos países por el grado de endeudamiento en moneda extranjera: «Entre los más vulnerables a la suba del dólar se encuentran Turquía, que tiene una deuda de $357 mil millones en dólares, y Argentina, que posee cerca de $231 mil millones» señaló el Wall Street Journal en su análisis sobre los mercados emergentes de ayer, a partir de los datos del IIF.
En efecto, el peso argentino fue el que más se devaluó en el mundo no solo en los últimos días sino desde el comienzo del año: 23,28% es la tasa de depreciación acumulada desde el 1 de enero. En segundo lugar se ubica la lira turca, que perdió el 11,08% de su valor en la comparación frente al dólar desde comienzos de 2018. Los rublos rusos por su parte, perdieron 9,64%.
El real brasileño, desde que comenzó el «flight to quality», se devaluó 2%, contra el 11,5% del peso argentino. Y en lo que va del año, el real acumula una caída del 8,05% frente al dólar, un tercio de lo que cayó el peso argentino.