Los talleres de los ferrocarriles fue una idea privada que conllevo a la conformación de una industria ferroviaria que supo dar miles de puestos de trabajo y fue demolida en la década de los 90´.
El trabajo es un componente muy importante en la economía, porque genera bienes y servicios por los cuales se pagan sueldos que son utilizados a su vez para adquirir también bienes y servicios, logrando un círculo virtuoso. En tal sentido la Industria es uno de los sectores que más trabajo le dio a la humanidad.
En este contexto podemos afirmar que la Industria ferroviaria jugó un papel muy importante en la economía y desarrollo del País.
Para 1880 la red del ferrocarril había logrado un crecimiento muy grande, por lo que las empresas dueñas de los trenes necesitaron crear “Talleres” de refacción y fabricación de repuestos para el material rodante, por otra parte, los Ingenieros de cada empresa diseñaban las unidades con las especificaciones técnicas pertinentes que se necesitaban importar, muchas veces llegaban al puerto parcialmente armadas, por lo que se debía completar su ensamble en argentina. Todo esto conspiró positivamente para ir robusteciendo los “talleres ferroviarios” e ir construyendo más, así surgieron Tafí Viejo que llego a tener casi 6.000 empleados, Junín, La Plata, Remedios de Escalada, Cruz del Eje, Laguna Pavia, por nombrar algunos.
Tan productivos fueron los talleres, casi verdaderas fábricas, que para 1920 se importaba mucho menos repuestos que antes de su creación lo que provocó cierto malestar en los países productores de esos insumos ferroviarios.
A través de los años fueron adquiriendo una importancia estructural y operativa fundamental para las empresas del ferrocarril, a punto tal que hasta llegaron a tener escuelas de aprendizaje para jóvenes que se capacitaban en las distintas especialidades, lo que permitía contar con personal formado.
En el año 1948 el Estado se hace cargo de los ferrocarriles encontrando un parque obsoleto producto de la falta de inversiones de las empresas privadas.
A partir de allí se fusionan entidades estatales conformando una serie de empresas y también en sociedad con capitales privados como Fiat, con el objeto de recomponer el material rodante existente, fabricación de nuevas unidades y repuestos. A la par los Talleres seguían incrementado su función.
Esto provocó la incorporación del empresariado privado que conllevó a la formación de una Industria Ferroviaria magnífica que dio cientos de miles de puestos de trabajo, porque, ojo ¡! El tren no era solo la red ferroviaria con sus estaciones y sus empleados, también estaban centenares de fábricas principales y subsidiarias que producían distintos elementos para el ferrocarril, esto era TRABAJO mucho trabajo, mucho empleo, por intermedio de empresas, como FIAT-MATERFER, AFNE, GENERAL MOTORS, por nombrar algunas.
El país llegó a ser productor y exportador de locomotoras y vagones, se realizaban exposiciones donde se mostraban todos los productos y estas eran visitadas por cientos de empresarios extranjeros.
Se disponía de empresas criollas y en sociedades con otras de distintas nacionalidades que producían Locomotoras, coche motores, vagones de carga de todo tipo, rieles, ganchos, puentes, señalamiento e infinidades de repuestos para el material rodante.
En la década del 80 MATERFER de la Provincia De Córdoba con sus 2.500 empleados produce material de exportación siendo entre otros, países como Uruguay los compradores del material ferroviario Argentino.
Pero claro, estamos en Argentina donde el “Poder Económico”, la mayoría de las veces, gobierna más que el “Poder Político” y entonces llegó la nefasta década de los 90’ donde el “Plan de Convertibilidad” no solo destruyó la industria ferroviaria, si no que mató la INDUSTRIA ARGENTINA y con ella a la mano de obra industrial.