Tras casi cinco horas de más de cuarenta cuestiones de privilegio planteadas por la oposición, la Cámara de Diputados comenzó a debatir el ajuste a los haberes previsionales que impulsa el Gobierno con el respaldo de la mayoría de los gobernadores.
Mientras tanto, la represión policial siguió en las afueras del Congreso y se desataron cacerolazos en Caballito, Almagro, San Cristóbal, Villa Crespo, San Telmo, Colegiales, Palermo y Constitución, entre otros barrios. Miles de personas -mayormente familias- comenzaron a llegar por la noche a la Plaza de Mayo para continuar la protesta. También algunos manifestantes se acercaron a la puerta de la Quinta Presidencial de Olivos con sus cacerolas y otros comenzaron a dirigirse al Congreso.
En el Congreso, Eduardo Amadeo fue el encargado de abrir la discusión cerca de las 19, con un discurso que leyó por completo, lo que no le evitó un fallido al señalar que con la reforma previsional el Estado cumplirá sus obligaciones “con los jubilados y los demás pobres”. A pesar de admitir la situación de pobreza de los haberes, afirmó que la nueva fórmula no representa un recorte.
Intentó justificar eso con la promesa de un “bono compensatorio” para quienes cobren menos de 10 mil pesos de haber previsional, algo que no figura en el proyecto oficial y que si se incluyera obligaría a la iniciativa a volver al Senado. El diputado del Frente Renovador Marco Lavagna le hizo notar esa cuestión en una interrupción: “¿La idea es incorporarlo dentro de la ley y poner el bono compensador? Porque sino no lo vamos a estar votando”, señaló, pero no obtuvo respuesta.
Amadeo leyó su discurso entre gritos de reproche de sus pares. La diputada del Frente para la Victoria Mayra Mendoza lo increpó de pie por haber avalado en una entrevista televisiva las agresiones policiales que sufrió tanto ella como otros legisladores.
Sin embargo, el diputado de Cambiemos continuó con su lectura y habló de “falsedades y peroratas” en las críticas a la reforma previsional. “En todos los países del mundo se aplica la formula atada a la inflación”, dijo y afirmó que el nuevo cálculo da “sustentabilidad”. “No solo no habrá pérdidas sino que los jubilados estarán protegidos de la inflación”, prometió.
Le siguió en el uso de la palabra la diputada del Frente Renovador Mirta Tundis, quien le respondió que el proyecto oficial “afecta los derechos humanos del sector que va a ser afectado” y afirmó que” no es reforma, es un ajuste”.
Señaló también la incoherencia de sostener que la nueva fórmula no provoca pérdidas pero en paralelo anunciar un bono compensatorio: “Están reconociendo que no están dando el aumento que corresponde”, remarcó. Explicó que los jubilados de la mínima iban a ganar 8300 pesos en marzo con la fórmula actual y pasarán a percibir 7600 pesos tras la reforma del macrismo.
A su turno, Luciano Laspina, diputado de Cambiemos y presidente de la comisión de Presupuesto, también tuvo un fallido al querer defender el ajuste jubilatorio. «Les mienten cuando les dicen que les vamos a bajar la inflación, eso es una mentira», expresó. Luego aclaró que «las jubilaciones no van a bajar en la Argentina». También lanzó que la moratoria previsional del gobierno anterior «benefició a muchos sectores de clase alta que a lo mejor no habían trabajado, a lo mejor tenían un campito en no sé dónde».