San Luis (LaNoticia) 27-11-17. Con las elecciones ya pasadas y con resultados conocidos, se puede probar que la salud pública sigue en terapia intensiva.
Solo hay que ir cualquier día de semana a lo que alguna vez fue el Materno-Infantil (detrás del Hospital San Luis), donde ahora funcionan consultorios externos y especialidades, para darse cuenta de la cantidad de pacientes que concurren para hacerse atender en la salud pública. Otra de las pruebas es ver para cuándo le dan turno a uno, por ejemplo, en Cardiología se dan turnos únicamente el último viernes de cada mes y ese día se otorgan para todo el mes siguiente. Algo similar ocurre con los turnos para los médicos.
Esto implica que cada sanluiseño que esté pasando por un momento no deseado con su salud, tiene que rezar a su Dios -o sus Dioses- el poder ser atendido antes de partir en su encuentro.
La gran pregunta que se podría hacer sobre esto sería ¿Qué pasa con los Centros de Salud de los barrios? Y en algunos casos la respuesta sería más que obvia, por ejemplo que ningún Centro de Salud ni Hospital de Día tiene cardiólogo, por lo que al Hospital San Luis llegan de cada rincón de la provincia para ver a esos especialistas. Lo mismo ocurre con cualquier especialidad que uno necesite buscar.
Pero el que uno tenga que esperar más de treinta días para un estudio o ser atendido por un especialista es nada si lo comparamos con quienes tienen que ser intervenido quirúrgicamente, al menos por estos días. Fuimos testigos de cómo un señor de edad avanzada y conectado a aparatos que tenía que ser operado, estuvo casi 45 minutos en una camilla -ver dos de las fotos que acompañan a esta publicación- esperando que un especialista le hiciera un estudio prequirúrgico. Y aquí caben varias preguntas del millón ¿El Hospital San Luis no tiene un lugar, cercano a internación o quirófanos, para hacer un prequirúrgico? ¿Puede un paciente que va a ser operado ser `paseado´ por todo el Hospital para ir a un Consultorio Externo para que le hagan el prequirúrgico? ¿Qué pasa en invierno con estos pacientes, tienen que soportar que los `paseen´ por el Hospital a muy bajas temperaturas?
Volviendo a la atención de los pacientes ambulatorios, existe un despelote tal -desorganización es poco- que por más que las empleadas pongan toda su buena predisposición para atender a cada uno de los cientos de pacientes que se agolpan allí, no existe una coordinación y así, por ejemplo, si uno va del interior con un turno prefijado, llega al Hospital y debe esperar a ser atendido por orden de llegada y aquí preguntamos ¿Para qué dan un turno en el interior si la atención es por orden de llegada? Pero el tema es que en un pasillo de apenas metro y medio de ancho, hay más de seis pacientes por consultorio, lo que hace que transitar por allí sea una odisea y más cuando tiene que pasar una camilla o una silla de ruedas; y ni qué hablar cuando se juntan más de una camilla y más de una silla de ruedas. La cosa es simple, si se organizara mejor, a los consultorios tendría que pasar solo el paciente que va a ser atendido en ese momento o a lo sumo para ahorrar algo de tiempo -aunque allí el tiempo es todo perdido- dos por consultorio.
Acá la solución no pasa más que por tener especialistas en los Centros de Atención Primaria de la Salud de cada barrio y en los Hospitales de Día, para que de esa forma desde el interior no se envíe pacientes al Hospital central, o al menos repartir los especialistas estratégicamente para descongestionar el Hospital central. Pero eso requiere de presupuesto y es algo a los que los hermanos Rodríguez Saá le escapan. Además, ya ganaron las elecciones ¿Para qué preocuparse por los pobres ahora?
Mal trato y persecución
Más allá de la desorganización que existe en el Hospital San Luis y cuyo únicos responsables son las máximas autoridades de Salud provincial, no el personal que hace lo inhumanamente posible para atender lo mejor que se pueda, hay algo que viene siendo una constante en el Hospital.
Esto es el mal trato, el ninguneo y la persecución que algunas autoridades mantienen para con los profesionales que allí trabajan.
Según pudimos saber, la hematóloga que trabaja allí “una de las pocas profesionales de la materia que hay en la Provincia”, según nos informó nuestra fuente, fue perseguida “por una tal Scivetti”, suponemos que María José Scivetti, “la que obligó a los empleados a firmar un petitorio para que la echen porque supuestamente los maltrataba”, nos dijo la fuente consultada a lo que agregó diciendo que “mucha de esa gente vino a decirle a la profesional que habían sido obligados por Scivetti a firmar”. Nuestro medio pudo confirmar por otra alta fuente, que “es verdad, la profesional tiene la renuncia firmada, pero no quiere hablar del tema”.
Esto es gravísimo, porque sobre que la salud pública está colapsada por la falta de profesionales, existirían funcionarios -que nada tienen que ver con la medicina porque Scivetti es abogada- que en lugar de construir, se dedicarían a perseguir a los pocos profesionales que todavía trabajan acá.
Sobre este tema, alguna vez un traumatólogo excelente que trabajaba -se fue a trabajar a La Pampa- en el Hospital San Luis le dijo a este periodista que se iba “cansado del mal trato, de la persecución y del ninguneo del que sos objeto acá”. Esto significa que por los malos funcionarios San Luis se queda sin especialistas y otras provincias terminan ganándolos.
Mugre peligrosa
Como si lo contado hasta acá fuera poco, no hay que dejar de destacar que por los alrededores del edificio del Hospital San Luis la mugre dice `presente´. Solo para graficar, una de las imágenes que acompañan esta nota muestra excremento de palomas en uno de los ingresos laterales al edificio. Esto significa que todo aquel que transita por el lugar, pisa el excremento y lo lleva al interior en sus zapatos. ¿Sabrán las autoridades que esto puede contagiar algún tipo de enfermedad en los pacientes?
Carlos Rubén Capella
lanoticiaensl@gmail.com